domingo, 9 de febrero de 2014

Mariadela Linares: "El Estado no debe convertirse en el gran dueño de los medios"

"Los guerreros, las cabezas visibles de la confrontación mediática, están fuera de los medios del Gobierno y la oposición. Es una situación positiva" refiere esta periodista y experta en Ciencias Políticas


Albinson Linares.- Existen oficios retadores que exigen una disciplina especial, en muchos casos, agotadora. Para los columnistas de opinión, hacer una lectura de Venezuela cada semana es un oficio de rigor y pronóstico reservado. “Es un ejercicio terrible, el día que escribo me acuesto mal, me descompongo y esos 2.200 caracteres me afectan de tal manera que me quitan el sueño. El reto es apartar lo que sientes y piensas para tratar de ser asertivo, coherente y creíble”, revela Mariadela Linares.Esta periodista y experta en Ciencias Políticas comparte con los lectores de ÚN sus impresiones del país, cada semana, desde 2002: “La dificultad mayor está en el tiempo que transcurre mientras escribes el artículo y la publicación. Me ha pasado que escribo de un acontecimiento que está por suceder y entrego sin saber el desenlace. Como periodista, la experiencia te da para olfatear qué puede pasar y hacer el intento de proyectar”.¿Cómo concilia el ejercicio de la crítica con las simpatías políticas?Soy muy crítica, por eso no milito en ningún partido, me veo como un agente libre y ejerzo la crítica de manera constante. No se puede separar la militancia del ejercicio periodístico, por eso es mejor no pertenecer a los partidos y permanecer independiente. Eso no significa que no tengas un compromiso político.En una columna reciente hablaba de la situación de los medios en Venezuela. ¿Qué cosas han cambiado desde que empezó a ejercer?Como gremio hemos dejado de lado la vieja discusión filosófica sobre si la objetividad existe o no. Eso no es nuevo, pero cuando estudié periodismo intentar ser objetivo era fundamental. Independientemente de las creencias políticas, nuestra responsabilidad con el público es tratar de transmitirle el hecho noticioso despojado de toda la subjetividad que nos caracteriza como personas.¿No cree que en esta coyuntura política hay nuevas presiones para los periodistas?Siempre existieron presiones, pero no se puede caer en la autocensura. Uno de los preceptos fundamentales es la imparcialidad, el equilibrio, no podemos ser parte de la noticia. Una de las cosas más terribles del periodismo actual es que los periodistas son protagonistas del hecho noticioso; como periodista me canso de verlo. Al escribir con tus preguntas y acotaciones, puedes dejar colar una percepción subjetiva. Un ejemplo son los calificativos o la descripción del entrevistado.En su lectura de este diario, ¿qué críticas le hace?El director recibe quejas mías permanentemente, por ejemplo en deportes, cuando veo el desequilibrio entre Caracas y Magallanes, parece que la gente aquí es caraquista y me quejo de eso. Igual en lo político porque el equilibrio no es que pongas dos fotos del mismo tamaño de los dos bandos, es que le des a cada información el peso que le corresponde como información.¿Qué ejemplo de esa noción de equilibrio puede dar?No puede ser que una manifestación pequeña del chavismo, focalizada en un lugar, sea comparable a una gran marcha opositora. Si pones las dos fotos del mismo tamaño, no estás siendo equilibrado, también sucede con frecuencia a la inversa.¿Desde cuándo nota esas anomalías en los medios?En 2000, con las megaelecciones, hice mi tesis de posgrado en Ciencias Políticas y demostré que por primera vez hubo un objetivo común en todos los medios contra Hugo Chávez. Por primera vez viste a Marcel Granier en coincidencia con los Cisneros, el Bloque Dearmas, así como El Nacional y El Universal. Desde entonces, la cosa no ha parado.¿No cree que los ataques verbales desde el poder debilitaron la imagen de los periodistas?El presidente Chávez, en ese sentido, cometió un primer error histórico hace 14 años. Al principio le faltó el tacto que caracteriza al político; es algo hipócrita pero necesario para que exista cordialidad y respeto. Recuerdo específicamente unos casos penosos donde estaba molesto por algunas noticias y arremetió contra colegas y medios. Era desproporcionado que desde su investidura y cargo arremetiera contra ciudadanos.¿Qué cambios en el discurso informativo trajo esa situación?Hizo que se produjera un hecho inédito: los dueños de los medios se aprovecharon de esa circunstancia para sumar a los periodistas a su bando. Ese entendimiento entre periodistas y patronos es antinatural. El malestar que existía entre los colegas por la impulsividad de Chávez, los sumó a la causa patronal. El periodista pasó a ser un instrumento, sin darse cuenta, porque defendiéndose se apoyó en sus patronos.¿No siente un cambio de línea editorial en los medios audiovisuales en estos años?No creo que los canales hayan cambiado su línea editorial, tal vez la han suavizado y sacado a sus “guerreros de la comunicación”, que eran una desviación, pero eso ha pasado de ambos lados. Los guerreros, las cabezas visibles de la confrontación mediática están fuera del lado del Gobierno y la oposición. Es una situación positiva. No creo que ahora sean oficialistas, sino que siguen siendo críticos, solo que los programas de opinión no tienen el veneno ni la vehemencia de antes.Siendo ministro de Comunicación, Andrés Izarra habló de la hegemonía mediática como una condición para adelantar el proceso revolucionario. ¿Cree que se consiguió ese objetivo?El Gobierno tiene bastantes medios, pero no hay hegemonía mediática, en absoluto. Cuando hablamos de la gran prensa, la de mayor circulación sigue siendo la misma. El Gobierno tiene una estrategia interesante de abrir medios de comunicación locales y comunitarios, por eso hay muchas microtelevisoras y emisoras en todas partes con un pueblo comunicador de su propia realidad.También ejemplos en Internet como la antigua Red Bolivariana...La Internet es masiva hacia el sector que la posee, no hacia las clases más desposeídas. Hay redes comunitarias en todos lados y creo que los medios impresos tienen que seguir existiendo, no apuesto por el cierre de ninguna emisora de televisión ni de radio, lo que el Gobierno debe hacer es fortalecer sus propios medios y que estos informen.¿Es posible hacer periodismo en el sentido clásico y ortodoxo del que usted habla desde los medios cercanos al poder?No, y ese no es el papel del Estado. Creo que la experiencia de Ciudad Caracas, en sus inicios, fue maravillosa porque mientras estuvo Ernesto Villegas era un gran diario que le daba cabida a la oposición, a las expresiones del chavismo inconforme y las denuncias de salud, vialidad, etc., que son fundamentales y necesarias porque esa es la contraloría que ejerce la gente.Sin embargo, durante las campañas electorales parecían no recordar eso...En campaña, todos los medios devienen panfletos propagandísticos y esa no es la idea. Deberían existir medios que le den cabida a las informaciones oficiales y positivas, pero, como no existen, entonces los canales y medios del Estado pasan a cumplir esa función y son los que reflejan la justicia social que ha logrado la revolución. Pero el Estado no debería convertirse en el gran dueño de los medios de comunicación, ese no es su rol. ¿Qué opina de la actual crisis de los medios impresos ante la falta de papel?Espero que el tema del papel se resuelva en lo inmediato. Es una obligación del Estado resolver ese problema porque tenemos derecho a que exista la prensa, y aspiro a que se logre en los próximos días. Y todos los problemas asociados con la ineficiencia de Cadivi y la corrupción en todos los órdenes son una tarea permanente del Gobierno. También espero ver la lista de los beneficiarios de las empresas de maletín, como dijo el ministro Ramírez. ¿Espera que se diseñe una ley de acceso a la información pública en el país?Espero que pronto, pero también añado que necesitamos con urgencia la modificación de la Ley de Ejercicio del Periodismo, que está obsoleta, y el reglamento fue modificado sin que nosotros estuviésemos participando activamente. Tiene que lograrse la reformulación de este gremio, que está compuesto por una parte afiliada al colegio vetusto y el resto de los nuevos comunicadores virtuales, audiovisuales y periodistas están fuera de la ley. Tenemos pendientes muchas regulaciones, como el acceso a la fuente, que es fundamental.¿Cuál otro desequilibrio ha detectado en los medios?En los privados hay una utilización excesiva del hecho noticioso sangriento, que es terrible. Llegó un momento en que los sucesos estaban en primera página y algunos noticieros llegaron a abrir con eso y el Gobierno se defendió. Lo malo es que los medios estatales no cubren sucesos, sino en casos especiales, y eso tampoco puede ser. Parte del problema es que el Gobierno no puede mostrarse a la defensiva, debe salir adelante y dar primero la información. SU PERFILNació en Valencia (Car), es periodista y experta en ciencias políticas. Jefa de redacción y revistas en el Bloque Dearmas (1976-1985). Vicepresidenta de comunicaciones del Banco Latino (1996-2001). Gerente de relaciones con los inversionistas en Cantv (1996-2001). Desde 2002 se desempeña como columnista de opinión y consultora en las áreas de redacción editorial, con múltiples participaciones en textos como el libro colectivo “Chávez con tinta de mujer”, editado el año pasado.


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