DANIEL G. APARICIO
- Viggo Mortensen estrena el filme francés 'Lejos de los hombres'.
- Se trata de una adaptación del relato 'El huésped', de Albert Camus.
- El actor cree que el sistema actual está pensado para generar animadversión y distanciamiento entre los diferentes pueblos y culturas.
Estadounidense, con ascendencia danesa y un dominio total del español, en gran parte gracias a los años que pasó de niño entre Venezuela y Argentina, el actor Viggo Mortensen pone ahora a prueba su dominio del francés y el árabe en la producción francesa Lejos de los hombres, adaptación cinematográfica del relato El huésped, de Albert Camus.
En esta ocasión, el intérprete que saltó a la fama mundial como Aragorn, en El señor de los anillos, y consolidó su carrera con trabajos como Promesas del Este y La carretera, se mete en la piel de un maestro francés de una escuela infantil de Argelia en 1954 que no tarda en verse envuelto en el conflicto independentista del país. Mortensen aprovecha el argumento de la película para contar a 20minutos cómo el mundo sigue siendo igual de complicado, lleno de trabas para hallar la paz entre los pueblos.
Suele prepararse sus papeles concienzudamente, ¿cómo lo ha hecho esta vez?
Por suerte existen documentales de escuelas de la época: cómo era entonces, qué enseñaban, cómo estaban compuestas las clases y cómo eran los alumnos en zonas apartadas. He visto y leído mucho material.
¿Fue duro rodar en las montañas de Marruecos?
Sí, estábamos en montañas altas, cerca de la frontera de Argelia, y era complicado porque había que transportar el equipo, con cámaras y todo eso.
¿También fue complicado para los actores?
A veces sí. Lo justo. Mucho mejor eso que fingir que estás en tal sitio y en realidad estás actuando delante de una pantalla verde.
Se le ve cómodo en el papel de profesor, ¿le habría gustado como profesión en caso de no ser actor?
Sí, me parece interesante. Puede que enseñase literatura e historia. Tengo algunas experiencias de trabajar con niños, enseñándoles lo que es poesía, ayudándoles a escribir algo y dejándoles después a ellos evolucionar. También he enseñado a niños a nadar, a ir en bicicleta... En realidad da igual la materia, lo que de verdad importa es tener paciencia y cierta compasión como maestro para hacerlo bien, me parece a mí.
Con esos antecedentes, imagino que la relación con los pequeños fue buena.
Por suerte sí, porque no eran actores. Nos lo pasamos muy bien.
Interpreta a un buen hombre, ¿es un papel cómodo?
Bueno, tiene su temperamento y, al principio, también sus prejuicios hacia el que acaba siendo su compañero de viaje. Gracias al viaje que emprenden juntos se da cuenta de que las cosas no son nunca simples, que cada persona es diferente y los prejuicios no te sirven para avanzar. Si no tienes por lo menos un mínimo interés en escuchar y observar te vas a quedar donde estás, no vas a avanzar como persona ni tampoco en las relaciones con los demás.
Ese es quizá el gran mensaje de la historia, la posibilidad de entendimiento entre culturas diferentes.
Más allá de las diferencias lo que sí puede haber es un respeto, un respeto de la dignidad de la persona, sean las que sean sus leyes y sus normas. Todos tenemos nuestra dignidad.
Aun así, la actualidad nos dice, con situaciones como la de Siria, que esa comprensión mutua no es sencilla, ¿no cree?
Con la posibilidad de comunicar que tenemos ahora, inédita gracias a la comunicación digital y los medios audiovisuales, a muchos les extraña que haya tanto prejuicio, pero en parte eso lo alimentan los medios y sobre todo los políticos, que tienen un interés en que la gente no se entienda.
¿Por qué?
Porque, si la gente se entiende por su cuenta y aprende a colaborar, quizá llegue al buen camino y se percate de que puede prescindir en gran parte de estas personas que influyen tanto y que convencen a todos o casi todos de que tienen que estar ellos en el poder para poner orden, fronteras, cuotas de inmigración, etcétera. Y, en realidad, la gente es muy capaz, con un poco de esfuerzo, de entenderse y de darse cuenta de si hay trabajo o no y de saber dónde ir. No hace falta que les digan "sólo pueden entrar 10 personas". Pues no, a lo mejor pueden entrar cincuenta o a lo mejor sólo pueden entrar cuatro.
Habla de una especie de paternalismo de los políticos.
Para entendernos: no hace falta que nadie nos diga "uy, cuidado, no hables con esos, que son malos, que no creen en nuestro dios y sólo quieren matar". No todos te quieren matar. Hay que abrir la mente y los ojos, y aprender y juzgar por uno mismo.
Usted sí se hace entender bien, en muchos idiomas. En esta película habla francés, árabe... ¿Cuántos sabe?
Hablo bien español e inglés, y un poco de danés, por mi padre. Si tienes más de un idioma y viajas siendo niño, es un poco más fácil aprender otros idiomas que como adulto.
Lo primero que dice en español en esta película es un taco, ¿en qué idioma le suenan mejor las palabrotas?
Si estoy una semana o así en Dinamarca, me puede salir perfectamente un taco en danés... o una palabrota en español. A veces, estés donde estés, si uno está cansado, te descuidas y te sale lo que está dentro, sea en el idioma que sea. Precisamente en este trabajo, alguna vez he dicho algo sin querer en español o en danés, y el director se quedaba extrañado. Es un trabajo muy concentrado el que hacemos y agota, así que al final le pedí que, después de las cinco de la tarde no me pusiera mucho diálogo porque me iba a costar un poco.
Además del cine, se dedica a la pintura, la música, la escritura... ¿se siente como un hombre del Renacimiento?
No, me siento como una persona curiosa en ambos sentidos de la palabra, y seguramente un poco raro. Me provoca curiosidad todo, básicamente porque pienso que la vida es breve y quiero ver cosas diferentes. Me fastidia a veces cuando pienso que nunca voy a poder leer todas las buenas novelas que existen en el mundo, y aunque lo hiciera se van a escribir más.
Imagino que igual le sucede con el cine.
Por supuesto. Ya hay tantas películas... Hace cuarenta, treinta o incluso veinte años, probablemente en tu vida podías ver todas las buenas, por lo menos una vez. Ahora ya es más difícil, con todo lo que se ha rodado en el mundo desde la invención del cine, especialmente si además hay películas que te gusta ver más de una vez. Y lo mismo con novelas, poemas, obras de teatro...
¿Le gusta revisitar libros y películas que ya conoce?
Sí, mucho, las ves de otra manera, estás en otro momento de tu vida y descubres cosas de las que no te habías percatado. Alguna vez veo una película que a lo mejor incluso no me gustó mucho y años después cambia mi percepción sobre ella. Uno cambia. A veces para aprender a apreciar las cosas también hay que tener paciencia.
Si no es el Renacimiento, ¿qué época le habría gustado vivir?
El Renacimiento sí, claro, pero muchas más. Hace poco estuve en el Thyssen y estaba mirando cuadros de paisajes y personas de París hace doscientos años, de Holanda hace cuatrocientos o de Nueva York hace sesenta, y te imaginas cómo serían los ruidos, los olores, las sensaciones... Un cuadro, una películ, un libro o un texto histórico son capaces de inspirarte eso.
En realidad, ser actor le permite en cierto modo viajar en el tiempo.
Sí, es verdad, y también como lector o espectador, viajas con la imaginación. Lo ideal es el viaje físico, porque vas por ejemplo a Teherán y ves a gente mayor, gente en silla de ruedas, barrenderos, maestros, ambulancias, niños jugando al fútbol, bebés llorando... Ya que has visto eso en persona es mucho más difícil que tu presidente o tu primer ministro te convenza de que hay que borrar del mapa ese país, eliminarlo poruqe en teoría sus habitantes son el mal. Pues no, hay de todo ahí. Si no puedes viajar físicamente, viajar con la imaginación también es una buena opción.
Por desgracia, no se pueden hacer viajes físicos en el tempo.
Quizá al viajar en el tiempo nos llevaríamos más de un susto y una sorpresa. Nos toparíamos con diferentes códigos morales, normas de comportamiento: cómo eran los novios, cómo se hablaban los padres, los hijos... Cualquier otra época nos sería muy extraña, pero en realidad como las distintas culturas hoy en día.
¿Cree que existe una gran diferencia entre el cine europeo y el estadounidense?
No, las diferencias dependen en realidad del director y el guion, de la sensibilidad del que lo cuenta.
LLeva ya años viviendo en Madrid, ¿le gusta la ciudad?
Me gusta, es una gran ciudad pero a la vez es tranquila en comparación con otras grandes ciudades del mundo. Barcelona y Lisboa son las otras dos grandes ciudades de la Península Ibérica, pero ambas tienen un peso turístico que se nota, aquí no se nota tanto. Sigue siendo muy española.
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