El 4 de febrero empieza otro recorrido en la vida de Gonzalo de Jesús Ortiz Molina: saldrá en su silla de ruedas desde Bogotá hasta Fusagasugá, pasará por Girardot, La Mesa, Anolaima, Facatativá, San Juan de Rioseco, Tausa, Ubaté, Sesquilé, Tocancipá y Nemocón, hasta completar 1.016 kilómetros, y regresará a la capital el 22 de febrero, si todo sale como está apuntado en su planilla.
No es la primera vez que Ortiz recorre una distancia que supera los 1.000 kilómetros. Dice que las llantas de su silla de ruedas han andado más de 4.000 kilómetros durante los últimos 18 meses: “Es lo único material bueno hecho por los chinos. El año pasado recorrí la pista atlética del parque Simón Bolívar durante 21 horas con estas mismas llantas”.
Hace 27 años sufrió un accidente que le quitó la movilidad de las piernas. Desde entonces ha intentado mejorar su resistencia en la silla de ruedas con apariencia de triciclo. Su primer viaje fue en 2010, cuando atravesó el país hasta llegar a Caracas: “La relación Colombia-Venezuela estaba muy mala y yo quería enviar un mensaje de paz”. Esta vez, en el recorrido de Cundinamarca, el mensaje será el mismo: “En cada ciudad que he conocido el mensaje ha sido el mismo: quiero que exista la paz en el país. He pasado por Barranquilla, Sincelejo, Montería, Medellín, Armenia”.
En su primer recorrido de 2014, Ortiz será patrocinado por la Gobernación del departamento y por la Empresa de Licores de Cundinamarca: “De los municipios no conozco casi. Si acaso las vías por donde uno sale y entra a Bogotá”. En el día sale en su silla de ruedas desde el barrio San Bernardo hasta la Avenida Caracas o la carrera 30: “Toda mi familia está en Antioquia y Santander. Pero me he acostumbrado a todo. Este año quiero viajar a Estados Unidos para buscar cooperación internacional”.
Dentro de los objetivos inmediatos de Gonzalo Ortiz está la creación de una fundación para “la paz de Colombia y la niñez de Haití. Muchos me preguntan que por qué Haití; yo les respondo que es el país más pobre del continente. Quisiera hacer algo por ellos”. En 2011 recorrió el Atlántico con el programa Colombia Humanitaria, para las víctimas de la ola invernal.
Mientras viajaba por el país durante meses (en uno recorrió 3.100 kilómetros), Gonzalo Ortiz visitó a su familia al pasar por Itagüí en 2012 . Hoy, a sus 56 años, quisiera regresar a su casa de pie y con una fundación a cuestas.
El Espectador
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