17 años han trascurrido desde que el ambientalista Erik Quiroga inició el sueño de traer al país uno de los reconocimientos más importantes del mundo, el premio al Récord Guinnes, galardón que fue entregado este martes al “fenómeno meteorológico más extraordinario del planeta”, tal como califica el investigador al Relámpago del Catatumbo.
Sus ojos se pierden al observar las riberas del Lago de Maracaibo, ese mismo lago que hace más de una década fue testigo de un gran sueño, y que hoy se concreta con la entrega del reconocimiento al fenómeno natural del Catatumbo que produce 1 millón 176 mil relámpagos, lo que equivale a 250 relámpagos por km2 al año.
Al evocar esos momentos, recuerda al gobernador de la entidad Francisco Arias Cárdenas quien lo respaldó siempre en sus investigaciones acerca del fenómeno natural. “En el año 1996 exactamente para celebrar el día de la capa de ozono, le propuse (a Arias Cárdenas) hacer un foro en un hotel capitalino en el cual donde plantee una hipótesis sobre el relámpago del Catatumbo que sostenía que este fenómeno era la primera fuente generadora de ozono como tormenta eléctrica en el planeta, allí comienza la historia”, relató el ambientalista conocedor del fenómeno.
De Venezuela para todo el mundo
Quiroga manifestó su orgullo al poder estar presente en este reconocimiento que se le hace a la zulianidad y sobre todo a la venezolanidad. Manifestó que la entrega formal reivindica el sueño que nació hace 17 años. “Han transcurrido 17 años de trabajo, 17 años de lucha, 17 años de compartir sueños, 17 años no sólo de compartir sino de realizar sueños y yo creo que es un día trascendental no solo en lo personal, sin duda alguna, sino lo que se refiere el Relámpago del Catatumbo para la Zulianidad”.
En tal sentido, con los sentimientos a flor de piel y bajo el incandescente catire de la tierra del sol amada, Quiroga señaló que el también conocido como “el único faro natural del planeta” para los zulianos “tiene un significado muy especial porque está en el himno regional, en el escudo y en todas las expresiones artísticas y culturales de la región y forma parte de la visión cosmogónica de los pueblos indígenas”.
Asimismo enfatizó que el orgullo traspasa este territorio ya que es un gran reconocimiento para todos los venezolanos ya que representa “algo extraordinario porque en la historia de Venezuela es algo que se describe, en la época del siglo XIX el relámpago era el faro que guiaba a los navegantes que iban hacia Cartagena, o sea era un punto de referencia muy importante”.
La brisa detiene un poco su pensamiento y ligeramente sonreí para comentar que Venezuela es el territorio donde todo es posible. Y es que a su juicio nuestro territorio puede decir con humildad y orgullo que tiene el fenómeno más importante del planeta tierra ya que gracias a las investigaciones realizadas superó por 92 relámpagos km a
la región de Kifuka, en la República Democrática del Congo, en África la cual ostentaba el primer lugar.
“Aquí se dan fenómenos extraordinarios. Este país es una tierra mágica y existe un relámpago, un ciclo de tormentas eléctricas que durante 10 horas en una noche puede alumbrar no solo 1 o 2 noches, sino 240 noches al año”, subrayó el investigador.
Quiroga no pudo disimular. Estaba feliz. Su sueño ya no era un sueño individual, se convirtió en un logro planetario. Su idea, su esfuerzo, sus trasnochos y desvelos derivó en una fiesta nacional. Hoy Venezuela tiene en sus manos el Récord Guinnes al primer acontecimiento mundial con el mayor promedio de relámpagos por km2 al año. Esta tierra sabe que tiene más que eso, tiene el agradecimiento por ser bendita por los cuatro costados y una luz natural que seguirá iluminando de norte a sur y de este a oeste la prodigiosa tierra venezolana.
Mintur
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