CARLES RULL
- El cine y la televisión han recreado lugares de ensueño como La Ciudad Esmeralda, Brigadoon o Hogsmeade.
- También sitios fantásticos como en la saga 'Star Wars' y ciudades de pesadilla.
- Sin olvidar poblaciones más cotidianas como Springfield, de Los Simpson, o Hill Valley de 'Regreso al futuro'.
¿Cansado de tanta corrupción? ¿De comprobar día tras día la degradación de su barrio, el aumento de la suciedad y la delincuencia? ¿Busca viviendas asequibles acorde con sus deseos? O tal vez, simplemente romper con su monotonía. En nuestro catálogo seguro que encontrará su lugar perfecto donde mudarse a vivir. Le asegura, además, terminar con las rutinas que le agobían; abrirse a nuevas aventuras, amistades y retos. Otras, en cambio, prometen ser un idílico remanso de paz y tranquilidad. La única pega, es que solo existen en la ficción de la pequeña o gran pantalla.
Empecemos con el pack confort, ideal también para recordar los mejores momentos de nuestra infancia o juventud. Hill Valley tiene el aspecto de una de esas encantadoras localidades californianas e invita a pensar como sería allí en distintos periodos de la historia, en la década de los 80, 50 o en el viejo far west, no en vano fue utilizada en la trilogía de Regreso al Futuro. Igualmente muy placentera es la población costera de Goon Docks, perfecta para revivir mil aventuras de niño o buscar fabulosos tesoros. Los Goonies dan fe de ello. Y el no va más de la apacible cotidianidad es Bedford Falls —bonito nombre, por cierto—, siempre que no le importe que sea en blanco y negro y en los años 40, los de ¡Qué bello es vivir!.
En caso de buscar algo similar a lo reseñado en el párrafo anterior, pero con un toque, digamos, "distinto" está Pleasantville, con un look también de a finales de los 50, sus ciudadanos al principio son algo grises y reprimidos, pero empiezan a tomar color en cuanto uno les anima. Las casitas unifamiliares, color pastel, con su parking y jardincito, aumentan el encanto con la proximidad de una mansión gótica que corona el lugar; no tiene nombre, pero era el preferido de Eduardo Manostijeras. Y si es un adicto a los reality shows, sin ninguna duda, Seahaven es su sitio; allí todo transcurría aparentemente normal, pero en realidad escondía un colosal reality las 24 horas del día, y si no que le pregunten a Jim Carrey en El show de Truman.
Vamos a ponerle un poco más de fantasía. Tomorrowland era un prodigio que aunaba ciencia y conocimiento con ocio y diversión. En la saga Star Wars sería lo máximo perderse entre las callejuelas o parajes de Mos Eisley y sus parajes desérticos, o los más urbanitas de Ciudad nube. También tenemos el poblado de los Ewoks—; y la Venusville de Desafío total podrá tener todos los reparos que quiera, pero eso de vivir en Marte también tiene su qué.
¿Le atrae lo vintage? Metrópolis, la de la película muda de Fritz Lang de 1927, era un prodigio de Art Déco, todo un lujazo; pero solo para los que vivían arriba, los capitalistas e hijos de señoritos, porque abajo estaban los que lo hacían funcionar todo, la gran masa obrera. Mucho más peligrosas son Basin City, de Sin City o el exclusivo, para gente con pasta, Capitolio de Los juegos del hambre. En cuanto a Alphaville, con aires al París de los sesenta, es el summun de la ciudad distópica para intelectuales que les vaya lo retro, aunque es un lugar poblado de personajes tan enigmáticos como fríos, dominado por la "lógica racional" que imponen las computadoras.
Si no le importa distinguir entre realidad e ilusión, las cosmopolitas Mega City de Matrix o la oscura Dark City son las que está buscando. En la misma línea, tenemos una opción que no podrá rechazar, aunque sea entre enormes rascacielos y días oscuros y lluviosos, la de vivir en Los Angeles de 2019 —un año que, por cierto, está casi a la vuelta de la esquina— que nos mostró Blade Runner. Ojo con los replicantes, o los humanos, que nunca se sabe cuál de las dos especies es menos de fiar.
Los vecinos eran muy raros en Twin Peaks, sin embargo en esto de las series televisivas, los más fans pagarían lo que fuera por respirar el aire o tocar los edificios de la localidad de Springfield, la de los Simpson; o vivir una buena aventura en Desembarco del Rey de Juego de tronos donde, literalmente, uno puede llegar a sentir que pierde la cabeza. Y destinado a los fanáticos de los superhéroes, nada mejor que el reino de Asgard, inicialmente reservado a los dioses y colegas de Thor; la más oscura Gotham City o la Metropolis de Superman.
Vivir entre magos y criaturas fabulosas
Si aún no se ha decidido, disponemos de un paquete final para los más exigentes, una tentación irresistible. Lugares exuberantes, paradisíacos o simplemente de ensueño. La Ciudad Esmeralda de El mago de Oz es una delicia; en el monasterio tibetano de Sangri-la de Horizontes perdidos tendrá el don de no envejecer nunca; la bucólica aldea escocesa de Brigadoon solo aparece cada cien años; mientras, sus habitantes permanecen dormidos, inmunes a las corrupciones y maldades del mundo exterior. También puede comprobar lo bien que se lo montan los elfos de El señor de los anillos en la fastuosa Rivendel, construida en un valle entre escarpadas montañas rocosas. Rodeado de hermosos y altos árboles, es el poblado del clan de los Omaticaya, de los na'vis de Avatar, formado alrededor de su venerado Árbol Madre.
Aunque uno sea un simple muggle puede codearse con los magos, o el mismísimo Harry Potter, en la británica población de Hogsmeade. En Anvard, la capital de Narnia, hay criaturas mitológicas y los animales hablan. Decididamamente, más tétrica y gótica, pero adorable, es Halloween Town, donde reside Jack Skellington en Pesadilla antes de Navidad y, sin alejarse de los dibus, ¿qué les parecería Toontown? Con aroma a cine negro, en compañía del Pato Donald, Mickey Mouse, Bugs Bunny, el Coyote y el Correcaminos o femmes fatales del calibre de Jessica en ¿Quién engañó a Roger rabbit?. O, como en un sueño, quizá le apetecería dejarse caer por La ciudad de las mujeres, que le conduciría a la Italia de Fellini de a finales de los 70.
Si por alguna insondable razón ninguna le acaba de convencer, piense que siempre le quedará Sevilla. Sí, la capital andaluza vista en las pelis de Tom Cruise, perpetuamente de fiesta, sea con las procesiones de Semana Santa, las fallas valencianas o los sanfermines. Nos lo demostró en Misión Imposible II y Noche y día.
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