Los laboratorios deberían estar en marcha esta semana y tropas estadounidenses ya empezaron a levantar la clínica, mientras la comunidad internacional se apresura a aumentar la capacidad de respuesta ante el creciente número de infectados con la temida enfermedad.
Liberia ha sido el país más golpeado por el brote de ébola que afecta a otros cuatro países del África occidental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima en 3.000 las muertes relacionadas con la enfermedad, en el peor brote del virus del que se tiene registro.
Pero es probable que esa cifra subestime la escala real de la crisis, en parte porque no hay laboratorios suficientes para diagnosticar la enfermedad. La OMS ha advertido de que los números de Liberia, en particular, se han quedado atrasados porque lleva demasiado tiempo obtener los resultados de las pruebas.
Además, ante la falta de médicos y enfermeras en los países más afectados y sin suficientes camas para aislar y atender a los enfermos, la enfermedad ha azotado a las comunidades y acabado con familias enteras.
La única forma de detener esta expansión cada vez más rápida es sacar a los pacientes de sus casas y reducir la cantidad de personas a las que pueden infectar.
Pero los sistemas sanitarios, ya débiles de por sí, de Guinea, Liberia y Sierra Leona —donde se han producido la vasta mayoría de los casos— se han derrumbado ante la avalancha. Las agencias humanitarias y la OMS han intervenido para establecer centros de tratamiento, y ahora varios países han prometido hacer lo mismo.
Los dos laboratorios móviles de ébola, gestionados por investigadores de la Marina de Estados Unidos, llegaron este fin de semana y estarán operativos esta semana, señaló el lunes en un comunicado la embajada estadounidense en Monrovia. Los laboratorios reducirán, de varios días a unas pocas horas, el tiempo que se tarda en determinar si un paciente tiene ébola.
Además, el ejército estadounidense entregó equipo para construir un hospital de campo, diseñado en principio para tratar a soldados en zonas de combate. La clínica de 25 camas tendrá personal del servicio sanitario público de Estados Unidos, y atenderá a médicos y enfermeras que contraigan la enfermedad.
El ébola se transmite a través del contacto con fluidos corporales, lo que coloca a los trabajadores sanitarios en gran riesgo de infección. Las infecciones de personal sanitario han subido a un ritmo alarmante en este brote, según la OMS, con 375 casos por ahora.
Estados Unidos tiene previsto levantar otras 17 clínicas en Liberia y ayudar a formar a trabajadores sanitarios para manejarlas. Gran Bretaña ha prometido ayudar a establecer 700 camas más en Sierra Leona, y su ejército construirá y administrará un hospital en ese país. Francia enviará médicos y hospitales de campo a Guinea.
Sin embargo, las necesidades siguen siendo enormes. El Programa Mundial de la Alimentación dijo el martes que sólo dispone de aproximadamente el 40 por ciento de los 93 millones de dólares necesarios para entregar comida a la gente que tiene problemas para alimentarse porque sus barrios están en cuarentena o han perdido a los cabezas de familia.
La OMS señaló que hay 1.500 camas nuevas o en preparación, pero que seguirían faltando más de 2.100. Hacen falta entre 1.000 y 2.000 trabajadores sanitarios.
AP
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