Este jueves, un escabroso hecho ha llenado los diferentes sitios web de noticias de varios países; la de un actor de teleseries ruso que despertó en un paradero de Moscú sin sus testículos.
Se trata de Dmitry Nikolaev, un hombre de 30 años que vivió una verdadera pesadilla luego de despertar con un fuerte dolor y sus pantalones bañados en sangre.
Según medios rusos, el hombre acababa de terminar una actuación en un teatro de la capital rusa, y se dirigió a un bar, donde fue abordado por una rubia joven con la que coqueteó.
La mujer lo habría invitado a un sauna y Nikolaev, pese a estar casado, accedió. Allí, “se besaron y tomaron más cerveza. Después de eso, el actor no se acuerda de nada”, señaló una fuente de la policía rusa según medios locales, que informaron del impacto de Nikolaev cuando recobró el conocimiento.
El hombre fue de inmediato trasladado a un hospital, donde le informaron que sus testículos habían sido cortados, sin duda, por “alguien con educación médica”, dada la prolijidad de la cirugía.
Esta pista es la que hace creer a la policía que el actor fue drogado la noche anterior, aparentemente a través de las cervezas que bebió con la mujer en el sauna, y que tras la pérdida de sus genitales estaría una banda que trafica órganos en el mercado negro.
Según medios internacionales, Nikolaev ya no trabajaría en la televisión rusa y actualmente se dedica a ser animador en eventos infantiles. La prensa local también informó que el hombre estaba muy complicado de contarle a su esposa lo que le había pasado y cómo.
Se cree que un 10% de los trasplantes realizados en el mundo surgen de manera ilegal –lo que contempla, además del tráfico de órganos, pagar para que una persona avance a los primeros lugares de la lista de espera de cada país-.
Entre los órganos que más se comercializan en el mercado negro está el riñón. Sin embargo, se han descubierto a personas en el mundo, movilizando las más variadas partes humanas.
Por ejemplo, el año 2013, la policía de Camerún detuvo a 30 personas involucradas con el tráfico de órganos, y varias de ellas tenían en su posesión bolsas que contenían testículos, penes, corazones, vaginas, piernas, brazos, y hasta uñas y pelo.
El Mercurio
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