Un hombre, que según las autoridades la muerte de su madre lo podría haber trastornado, fue disparando de casa en casa en un pequeño pueblo de en las montañas de Missouri asesinando a siete personas antes de quitarse la vida.
Joseph Jesse Aldridge, de 36 años, mató a las víctimas con una pistola calibre .45 entre la noche del jueves y la madrugada del viernes en cuatro viviendas de Tyrone, el pequeño pueblo donde vivía a unos 60 kilómetros (40 millas) al norte del límite con Arkansas, de acuerdo con la Policía de Caminos de Missouri.
El cadáver de Aldridge fue encontrado antes del amanecer del viernes en una camioneta encendida a la mitad de una autopista en un condado cercano, a unos 32 kilómetros (20 millas) de Tyrone. No tenía una nota suicida, informaron las autoridades.
La patrulla dijo que cuatro de las víctimas mortales, dos parejas, eran primos de Aldridge, de entre 47 y 52 años. Los nombres de otras tres víctimas y una persona que resultó herida, pero tenía posibilidades de sobrevivir, se mantenían confidenciales en espera de notificar a sus familias.
Todas las víctimas eran adultos y fueron atacadas a pocos kilómetros de distancia.
Las autoridades señalaron que el motivo aún no había sido esclarecido. Pero según la investigación, encontraron a la madre de Aldridge, de 74 años, muerta aparentemente por causas naturales, sobre un sillón en la casa donde ella vivía con su hijo.
La mujer había estado bajo cuidado médico y parecía haber fallecido al menos 24 horas antes, dijo el médico forense del condado de Texas, Tom Whittaker, al diario St. Louis Post-Dispatch.
Whittaker conjeturó que Aldridge “llegó a su casa, la encontró muerta y comenzó su carnicería y a matar gente”.
“Esta es una tragedia horrible, y nuestros corazones están con las víctimas de estos actos sin sentido y con sus familias”, dijo el gobernador Jay Nixon, quien agregó que habrá ayuda para las personas que se sientan perturbadas por la crisis.
La oficina del jefe de policía supo del ataque cuando recibió una llamada a las 10:15 de la noche del jueves de una joven quien dijo que había escapado a la casa de un vecino después de escuchar disparos en su hogar, dijo Kinder.
El vecino, quien se negó a revelar su nombre, dijo a The Associated Press que la adolescente estaba descalza y sólo llevaba su pijama cuando llegó corriendo sobre un jardín cubierto con nieve y lleno de matorrales que le causaron cortes en las piernas.
“Estaba llorando mucho, pero finalmente pude hacer que dijera que ‘le dispararon a mi mamá y a mi papá”’, dijo el vecino.
Cuando las autoridades llegaron a la casa de la adolescente encontraron dos personas muertas. Después hallaron cinco cuerpos más y a una persona herida en otras tres casas que fue trasladada al hospital en un estado de salud que no ha sido revelado.
La patrulla identificó a algunos de los fallecidos el viernes como Garold Dee Aldridge, de 52 años; su esposa Julie Ann Aldridge, de 47; Harold Wayne Aldridge, de 50; y su esposa Janell Arlisa Aldridge, de 48.
Tyrone tiene cerca de 50 habitantes y se encuentra en el condado rural de Texas, donde la gente suele ir a practicar canotaje, pescar y cazar ciervos. A lo largo de décadas la zona se ha quedado sin fábricas de zapatos y ropa así como granjas avícolas y productores de lácteos, dijo el secretario de condado Don Troutman.
Ubicado sobre una autopista de dos carriles en un estrecho montañoso remoto, Tyrone consiste en un grupo de casas remolque y otras pequeñas viviendas, nada más, no hay restaurantes, ni tiendas. Su escuela se convirtió en un edificio comunitario, dijo el secretario.
“Ni siquiera hay una señal de alto”, dijo Troutman, quien ha vivido toda su vida ahí y ha sido jefe de condado por 36 años. “Nunca habíamos tenido algo de esta magnitud, es un shock”.
AP
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