EFE
- El danés contestó a tres preguntas, por teléfono, desde su casa.
- Presentó la versión larga de 'Nymphomaniac II'.
- Su próximo proyecto será una serie para la televisión.
Incluso sin estar presente y sin película en competición, Lars von Trier sabe llamar la atención en un festival de cine como la Mostra de Venecia. El director danés se ha dejado ver a través de una pantalla y ha transformado la rueda de prensa sobre la versión larga de Nymphomaniac II en una especie de concurso televisivo.
Stellan Skarsgard, protagonista masculino de Nymphomaniac, ha asumido el rol de concursante que contaba con tres comodines de la llamada para preguntar telefónicamente al director.
Desde su casa
Sin audio en la sala de Von Trier, que estaba en su casa, el propio Skarsgard retransmitía las respuestas, que por otro lado, tampoco es que fueran mucho más serias que la idea del concurso en sí.
"No he aprendido nada porque ya lo sabía todo", ha respondido a la pregunta sobre sus descubrimientos en torno a la sexualidad femenina tras el rodaje de Nymphomaniac, que narra las crudas y variadas experiencias sexuales de una mujer que se considera a sí misma una ninfómana.
Charlotte Gainsbourg, la protagonista (Joe), no ha acudido a la rueda de prensa en Venecia, donde sí acompañaban a Skarsgard dos ayudantes de guión -Jenle Hallund y Vinca Wiedemann- y la productora Louise Vesth.
Esta última ha anunciado a bombo y platillo que el próximo proyecto del director de Anticristo será una serie de televisión en inglés.
"Es una gran idea, con un 'casting' monumental, algo que no se ha visto antes y probablemente no se volverá a ver", ha señalado, aunque todo indicaba que la consigna del día seguía siendo la broma.
Presunto maltrato
Skargaard, que en la ficción es el hombre a quien Joe cuenta la historia de su vida, se ha puesto un poquito más serio cuando los periodistas le han preguntado por la mala fama del director en el trato a los actores y en particular a las mujeres.
"La crítica ha interpretado que a Lars no le gustan las mujeres, pero no es verdad, es todo lo contrario", ha explicado. En cuanto a las dificultades en el plató, asegura que "no es difícil trabajar con él, salvo si eres una persona extremadamente controladora, como es el caso de Bjork".
"Como actor sientes que puedes hacer cualquier cosa, te sientes libre y te sientes amado", ha afirmado.
Y entonces llega el tercer comodín de la llamada. ¿Cuánto del propio Lars von Trier hay en Nymphomaniac? Y la respuesta: "Todo en la película, hasta cierto punto, trata de mí, pero especialmente cada vez que sale algo masoquista. Ahí, decididamente, soy yo".
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