La resaca por la rumba de los agentes del Servicio Secreto durante la Cumbre de las Américas en Cartagena no termina en Estados Unidos.
Como respuesta a ese escándalo ocurrido en abril del 2012, la Oficina del Inspector General del Departamento de Justicia (OIG) ordenó una investigación a fondo sobre el comportamiento en el exterior de las otras agencias desplegadas en otros países: Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, Cuerpo de Alguaciles, CIA y DEA.
El proceso duró casi tres años y los resultados fueron publicados esta semana con un balance que deja especialmente mal a la agencia antidrogas, DEA: agentes comisionados en Bogotá asistieron a fiestas con prostitutas contratadas por carteles de droga. Además, los implicados recibieron costosos regalos por parte de los criminales y, en algunos casos, contaron con la complicidad de la policía colombiana.
La OIG obtuvo testimonios anónimos, así como de policías colombianos y agentes estadounidenses que contaron cómo las fiestas se realizaban en sitios rentados por la DEA en Bogotá entre 2005 y 2008. Además, se supo que uno de los agentes visitaba con frecuencia casas de prostitución y organizaba fiestas sexuales para compañeros que llegaban desde EE.UU.
Los casos denunciados son variados. Un agente “agredió a una prostituta después de una disputa por un pago. El asunto fue finalmente reportado a la DEA en junio del 2010 en una carta anónima que alegaba que dos agentes frecuentaban prostitutas cuando estaban desplegados en el exterior”, según el informe.
Fue tan rigurosa la investigación, que incluso se presenta una tabla de actos de indisciplina por parte de funcionarios de la DEA en el exterior. En total, contabiliza 136 violaciones al manual de conducta, de las cuales por lo menos 19 tiene que ver con la contratación de prostitutas. Mucho más que al FBI (6) y la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (1).
La lista de pecados continúa así: envío de material con contenido sexual por el correo (23 casos), acoso sexual (28), uso de propiedades del gobierno de Estados Unidos –como las instalaciones en Bogotá – para tener sexo (8), y hasta grabar mujeres en acciones sexuales sin consentimiento (1).
Según Eric Rojo, consultor de GBS Think Secure, “cada agencia federal tiene su reglamentación en el extranjero. Por supuesto hay una ética a seguir dentro del país extranjero, pero las conductas en horas libres no están completamente controladas”.
Este ex funcionario del Pentágono considera que este informe podría tener graves implicaciones al ser elaborado por el Departamento de Justicia, aunque critica el papel del fiscal saliente Eric Holder por su política laxa “en contra de estas fallas sistemáticas”.
Por su parte, el ex embajador estadounidense en Bogotá, Myles Frechette explica que las misiones diplomáticas tienen cierta independencia en la elaboración de los manuales de conducta dependiendo del país. Por ejemplo, Frechette tuvo que prohibir a sus funcionarios desplazarse por algunos sitios de la ciudad, como la Zona Rosa, por la situación de seguridad en la época.
“Esperaba que los funcionarios de la embajada se comportaran de una forma responsable. Nada de choques de carros, borracheras públicas, ni escándalos”, y cuenta que en ocasiones tuvo que enviar de regreso a EE.UU. varios funcionarios de la DEA porque no obedecían. “A veces es importante la disciplina”, agregó.
La respuesta de la DEA, en el marco de este informe, fue que una vez conocidos los actos de indisciplina la agencia procedió correctamente. Sin embargo, aún no se sabe si los implicados en los hechos de Bogotá siguen en servicio, y si existen investigaciones en Colombia sobre estas relaciones de jerga con narcotraficantes.
El Congreso, que hace labores de control, quiere respuestas ya. Por lo pronto, la Casa Blanca cruza los dedos para que la nueva Cumbre de las Américas termine sin escándalos. Toda la atención del hemisferio estará puesta sobre Panamá desde el 10 de abril.
Más detalles
Testimonios de policías colombianos revelaron que al menos tres agentes supervisores de la DEA recibieron dinero, regalos y armas de miembros de los carteles de droga, además de los servicios de las prostitutas, según el informe.
Los agentes hallados responsables recibieron suspensiones de entre dos y diez días.
Los autores del informe expresaron estar “perturbados” por el caso, destacando la posibilidad de que tanto equipos como información de la DEA pudieron haber sido puestos en peligro.
El caso involucró a unas dos docenas de agentes y personal militar, desplegados en Cartagena para preparar la visita de Obama.
Un agente de la Policía retirado, quien trabajó conjuntamente con la DEA, consultado por El País recordó como en el 2004 circuló el rumor que algunos miembros de la DEA y de un grupo especial de esa institución realizaron un viaje en un vuelo ‘charter’ a Cartagena para rumbear una noche.
Otro ex oficial aseguró que en esa época varios agentes de la DEA protagonizaron un escándalo en el Parque de la 93 en una pelea borrachos y la Policía tuvo que acudir a controlar la situación.
El Colombiano
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