miércoles, 1 de octubre de 2014

El maltratador de mujeres está consciente de su violencia

El alcohol y las drogas no son determinantes en la agresión doméstica. Se ha encontrado que la carga laboral de los cónyuges y una conducta cultural violenta son la principal condición


Elízabeth Cohen/Servineco.- El alcohol y las drogas no son determinantes en la agresión doméstica. Se ha encontrado que la carga laboral de los cónyuges y una conducta cultural violenta son la principal condición a la hora de producirse el hecho.La psicóloga Harelys Añez, asesora en el Tribunal de Violencia, señala que cuando un hombre ejerce una agresión siempre es intencional. “No ejerce sin medir la situación emocional que va a ejecutar”. Justifican el consumo de sustancias para cometer un hecho de violencia, pero lo que existe es un conducta agresiva. “El alcohol o las drogas son activadores, pero no el causal del hecho violento”. El sociólogo Pedro Liendo, del Colectivo Revolucionario Dignidad Popular del Litoral, hizo un estudio sobre las causas que llevan a la violencia y el perfil de esos agresores, en el caso puntual del estado Vargas, durante los últimos cinco años (2009-2013).Señala en su trabajo que surge una conducta agresiva hasta cuando la pareja se encuentra en condiciones psicosociales normales. “Hay una cultura de la violencia en el Litoral que ha sido producto del patriarcado y que tiene su expresión en el machismo, reflejado en el uso de la fuerza física contra la mujer que, a veces, puede llevar a la muerte”, indicó.Encontró que el mayor número de casos violentos fue entre 2010 y 2012, cuando se produjo el traslado a refugios de 10 mil familias por las lluvias de finales de 2010 y en 2011.“Se pensó que la violencia de género que pasaba en los albergues, refugios, casas comunales y casas solidarias fue producto de la mezcla de personas de las diferentes parroquias. No fue así”, advierte. Asegura que “es producto de un problema social que arrastramos los varguenses y que, simplemente, fue trasladado a estos espacios”, y ocupa el segundo lugar después del hogar.Esta violencia ya sucedía en la casa y tenía como catalizador elementos como el hacinamiento, uso en común de los baños, comedores y vestuarios “y el consumo de bebidas alcohólicas y drogas, lo que tipificamos como violencia doméstica extendida”.Santiago Álamo, sociólogo, considera que esta conducta tiene que ver con el patriarcado. “Es un elemento que trajo el europeo”, acota.Liendo indica que los agresores se criaron en familias con problemas de machismo, donde la figura del padre siempre se impuso a la madre y en las que faltaban normas de convivencia. Otros proceden de hogares donde la madre fue siempre la que se ocupó de mantener la casa y faltó la figura paterna; así como familias donde se acostumbra a ingerir alcohol y a consumir drogas. “Las mujeres denunciantes están expuestas por sus parejas, en promedio, a entre tres y cuatro formas de violencia. Las más frecuentes son la psicológica, acoso u hostigamiento o amenaza física, lo que nosotros identificamos como el Abc de la violencia”, indica.En los Tribunales de Violencia, la psicológica está reflejada en 91% de los expedientes, refiere Oneida Sequera, jueza de instancia. La segunda es la patrimonial, que no es tomada como tal, pero es de las más comunes, porque la mujer llega a perder su casa. En violencia sexual apenas este año se han denunciado 14 casos, pero la jueza considera que hay cifras negras, porque las agraviadas no se atreven a denunciar.Hay algunos casos en el ámbito laboral (jefes, supervisores y compañeros de trabajo.Lo jurídico y lo social se unen para apoyar al afectado Andrea Solórzano, coordinadora de la Red de Mujeres de Vargas, señala que en el estado no hay indicadores para atender los casos y se hacen esfuerzos a través del Ministerio de la Mujer.Considera que la violencia doméstica es un problema de política pública y hay que darle un tratamiento político que no implique partidismo. “Hay que territorializar el problema”, asegura Solórzano.Agregó que los colectivos de mujeres han establecido una mesa social, donde están uniendo organizaciones e instituciones. De allí surgió la idea de crear las defensoras comunitarias en prevención dentro de los consejos comunales.Son 30 abogados los que están siendo capacitados para que las víctimas puedan tener quien las defienda, debido a que son muchos los agredidos, que no tienen recursos para establecer un juicio.Oneida Sequera, coordinadora del Tribunal de Violencia contra la Mujer de Vargas, señaló que llevan a cabo talleres en los distintos cuerpos policiales receptores de las denuncias, así como en los órganos que imponen las medidas de seguridad a las víctimas. Forman a médicos, de las emergencias hospitalarias, para que puedan certificar las agresiones en forma detallada. “El informe médico-diagnóstico será determinante para que el juez pueda hacer la precalificación, porque puede ocurrir que la víctima esté tan golpeada que no pueda presentarse”, dijo.La jurista dijo que este año ya van por los mil casos en el estado Vargas y agregó que la violencia sexual está más radicada en Carayaca.


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