DANIEL G. APARICIO
- Alexandra Jiménez presenta la nueva temporada de 'El club de la comedia'.
- Acaba de estrenar en cines la comedia 'Los miércoles no existen'.
- La actriz asegura que tener que cantar, algo que ha tenido que hacer en el filme, ha sido como volver a los nervios y sensación de vulnerabilidad de sus inicios.
Se dio a conocer como la joven África en Los Serrano, recibió los aplausos de la crítica gracias a La pecera de Eva y, desde entonces, no ha parado de prodigarse en cine, teatro y televisión. Ahora, la actriz zaragozana Alexandra Jiménez triunfa en la pequeña pantalla como conductora de El club de la comedia y se deja ver en los cines como una de las protagonsitas de la comedia de líos amorosos Los miércoles no existen. Entre tanto trabajo, la risueña intérprete saca algo de tiempo para charlar con la prensa sobre sus múltiples trabajos.
Su último trabajo es una comedia de enredos, suena a tarea divertida.
Ha sido un proceso muy bonito, muy creativo. Hemos contado con muchos ensayos previos y con un proceso de creación antes y durante el rodaje, por lo tanto creo que hemos salido todos con la sensación de haber crecido un poco.
La película habla de amistad y líos amorosos, ¿cuánto hay de verdad y cuánto de exageración?
Creo que hay un cien por cien de verdad. Lo que se cuenta son historias muy conectadas con la realidad, historias de amor protagonizadas por personajes que se contradicen constantemente, que meten la pata y eso es lo que los humaniza y los acerca al espectador. Yo creo que en ese sentido es muy sincera. Luego hay una licencia que es la música.
¿Qué papel tienen los números musicales?
Están incorporados en la película a modo casi de pensamiento musical, son los momentos de mayor intimidad de los personajes. De pronto los ves despojados de todos esos ramalazos que tenemos para protegernos, los ves sinceros, en momentos de mucha privacidad. Es muy bonita y muy divertida, te ríes y, sobre todo, te deja un poso interesante al ver que a todos nos pasan las mismas cosas y que muchas veces pretendemos que la realidad hubiera sido diferente a lo que es.
¿Cómo lleva eso de encantar?
A mí la verdad es que me daba mucho pudor, cantar en público me da mucha vergüenza. Pero tener la oportunidad de enfrentarte a eso te da un poco la sensación de volver a tus inicios, a algo muy nuevo en lo que te sientes muy vulnerable y al mismo tiempo muy inocente. Recuperar eso es muy bonito.
¿Y qué es lo que le gusta cantar?
A mí lo que me encantaría es saber cantar extraordinariamente bien, pero no es mi realidad.
Para cantar en la ducha o en el karaoke no hace falta cantar bien.
No, y para cantar en esta película tampoco es una exigencia. Creo que lo fundamental es cantar desde el corazón más que cantar bien.
La historia muestra a un grupo de treintañeros en crisis emocional, ¿existe la crisis de los treinta y tantos?
Yo creo que el ser humano está en crisis desde que empieza a ser consciente de que tiene que tomar decisiones.
Parece que siempre acaba en la comedia, ¿es el género que más le gusta?
A mí me gusta todo. Dentro de la comedia hay muchos géneros. En realidad, a mí pocas veces me dejan hacer comedia en las comedias. A veces incluso he echado en falta hacer más comedia dentro de las comedias. Es el caso por ejemplo de esta película, donde tengo poco porcentaje cómico. El personaje sufre y no lo aborda de una manera demasiado cómica. Probablemente es cierto que el género donde se decide nombrar la película en cuestión normalemente coincide más en que son comedias pero la sensación que tengo es que cada vez me enfrento a géneros diferentes, a personajes diferentes. En esencia, cada vez me importa menos cómo se pueda catalogar la historia que estás contando, lo que me interesa es si soy capaz de entender el personaje y sobre todo si soy capaz de transmitirlo bien al espectador.
¿Qué tipo de personaje le gustaría hacer que no haya hecho aún?
Hay muchísimos personajes que no he hecho que me encantaría hacer. Me gustan mucho los personajes contradictorios. Me gustaría hacer un personaje que estuviera lleno de esas contradicciones y no justificarlo en absoluto. Eso me resulta interesante.
¿Algo así como un villano empático?
Sí, por ejemplo, pero que no necesites redimirlo al final de la historia.
Aunque dice que hace poca comedia dentro de las comedias, usted está el frente del club que lleva el nombre del género, ¿cómo lleva su rol de presentadora de El club de la comedia?
Bueno, es que realmente no me considero una presentadora, me parece que es un trabajo actoral más. Es muy difícil y distinto, porque lógicamente requiere de una técnica diferente, pero es subirte al escenario y hacer monólogos, es un trabajo actoral.
¿Qué le dicen al respecto?, ¿quizá la sombra de Eva Hache es muy alargada?
Yo la verdad es que estoy un poco al margen de comentarios. Las cosas que me llegan son agradables y bonitas. Supongo que la gente se acerca más a decirte cosas bonitas que a decirte cosas feas (risas). Pero igualmente habrá a quien le parezca bien y habrá a quien le parezca menos bien, pero como a mí también me sucede como espectadora viendo muchas cosas.
¿Qué ve como espectadora?
Veo más películas que series. Seguir una serie me cuesta más, no tengo tanta disciplina... y no me siento orgullosa de ello, ¿eh?. Tengo muchísimas series pendientes por ver y cada vez me está apeteciendo más hacerlo, pero tiendo más a ver cine.
¿Cómo recuerda su personaje de África, de Los Serrano?, ¿le tiene cariño o ya le ha cogido algo de manía?
Manía no le puedo coger a algo que solamente me ha traído en cosas buenas. Lo recuerdo como un momento muy feliz de mi vida donde iba como loca a trabajar gracias a Dios eso no lo he perdido y donde tuve la oportunidad durante mucho tiempo de desarrollar un personaje y de no acabar nunca de conocerlo del todo.
Quizá el trabajo por el que mejores críticas ha recibido es por La pecera de Eva.
Otro personaje muy bonito. Creo que aprendí mucho de ese personaje, de la serie, de la manera en la que trabajábamos, los diálogos, los argumentos...
¿No cree que la serie fue un poco maltratada a la hora de programarla?
En el mundo de la televisión todo sucede siempre de una manera muy rápida y muy abrupta. Me imagino que si funciona así es porque hay algo mucho más potente que los propios productos en sí. Todo debe de tener alguna razón de ser. No soy profesional de eso, entonces no lo entiendo y probablemente no lo entienda nunca, porque no sé cómo funciona. Yo solamente me puedo limitar a concentrarme en intentar contar la historia de la mejor manera posible y La pecera... estuvo contada con mucha sinceridad por parte tanto del equipo artístico como del equipo técnico. Creo que pusimos todos todo de nuestra parte y que, independientemente de cuándo la pusieran o dónde y por qué, tuvo una trascendencia que superó todas esa limitaciones, y eso es porque la historia era lo suficientemente interesante.
Usted que ha trabajado en muchos medios a lo largo de estos años, ¿ha notado la crisis en todos ellos?
Sí, claro que sí, en todos los ámbitos. En el cine, en el teatro, en la televisión... y a cualquiera que le preguntes que se dedique a cualquier otra cosa me imagino que te dirá que ha acabado siendo afectado, evidentemente.
¿En qué lo ha notado usted personalmente?
Pues supongo que las condiciones de trabajo no son las mismas. Tenemos que dar un resultado con muy pocas facilidades para poder darlo. A menudo tenemos que poner en marcha la imaginación, por un lado ser creativo está muy bien pero por otro lado sientas un precedente absolutamente contraproducente, porque es un trabajo que hay que cuidar y las cosas bien hechas hay que hacerlas bien. Dar un resultado sin ningún tipo de facilidad para llegar hasta ahí es de una exigencia y una explotación que no debería ser.
¿Se enteró de la polémica de Imma Cuesta y su foto retocada?, ¿le ha pasado a usted algo parecido alguna vez?
No, no me he visto en una situación parecida, no te puedo decir. En cuanto a su caso, a mí todas las reacciones que surgen del corazón y de la necesidad de expresarse me parecen bien.
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