EFE
- La actriz cubana desembarca en Hollywood con 'Knock Knock', su primera película en inglés.
- En la cinta seduce a Keanu Reeves en un juego mortal.
Llegó, vio y conquistó España con 18 años y ahora, a sus 27, la cubana Ana de Armas desembarca en Hollywood con Knock Knock, su primera película en inglés, donde seduce a Keanu Reeves en un juego mortal y con la que inicia el que, espera, sea un largo recorrido en la industria estadounidense.
"Empezar de cero en Hollywood después de tanto tiempo en España es duro y es un sacrificio, pero es mi decisión y estoy muy orgullosa", dijo la actriz en una entrevista esta semana. "Me siento bien y realizada. Al final, podrá ir bien o mal, pero he sido fiel a mí misma y he hecho lo que sentía que debía hacer. Por supuesto que quiero volver a España, a Cuba... Más adelante iré a donde sea, pero ahora hay que estar aquí. En Hollywood te tienen que ver la cara", manifestó.
Knock Knock, de Eli Roth, cuenta cómo dos jóvenes atractivas y extraviadas (Lorenza Izzo y De Armas) en plena noche lluviosa llaman a la puerta de un padre de familia (Reeves) que va a pasar el fin de semana solo en casa. Lo que en principio comienza como una serie de actos bondadosos hacia ellas, pronto da pie a un peligroso juego de seducción donde se desvelarán sus verdaderas intenciones. "Son dos gatos que juegan entre ellos con un ratoncito en medio", comentó la actriz, a quien la cinta le recuerda a obras como Atracción fatal o Funny Games.
"Estas chicas están buscando al hombre que sea capaz de decir que no. Que se niegue a tener sexo con ellas. Y no lo encuentran", sostuvo De Armas, que decidió involucrarse en el proyecto principalmente por su guión. "Es muy divertido y habla de tentaciones, de resistir lo que nos gusta, de tabúes sexuales, de la fidelidad... Además, es difícil encontrar un personaje de mala para una mujer", explicó De Armas, que se hizo muy amiga de Reeves durante el rodaje y con él ya ha rodado también otro filme, Daughter of God.
"Cuando yo vivía en Cuba y era chiquita me sentaba a verlo los domingos al mediodía. Es tradición almorzar en el sofá con el plato en las rodillas y ver películas, así que crecí viendo a Keanu en Matrix, Speed... Trabajar con él fue como un 'shock'. Y encima aquí le hago de todo", sostuvo la intérprete.
"Me pongo encima (contó), le tiro las bragas a la cara, le pongo los pies en la boca, le pego... Fue muy divertido. Él es muy generoso, paciente, buena persona y trabajador. Hizo todo para que nos sintiéramos tranquilas y que no nos intimidara darle un bofetón".
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