Un sismo de magnitud 6,3 sacudió la madrugada de este martes la costa este de México causando la muerte de una mujer en Oaxaca (sur), donde algunos techos y bardas se desplomaron por el temblor, que despertó a numerosos habitantes de la capital del país.
El movimiento telúrico ocurrió a las 10H46 GMT con una magnitud de 6,3 y una profundidad de 95 km, según el Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS).
Por su parte, el Servicio Sismológico mexicano revisó su primera medición de 6,7 a 6,4 y precisó que el sismo tuvo su epicentro 46 km al suroeste de Isla, en el sur del mexicano estado de Veracruz (este), donde a las 11H19 GMT se produjo una réplica de magnitud 4,2.
Luis Felipe Puente, coordinador nacional de Protección Civil de México, aseguró a la televisora Televisa que en el país “sólo se han registrado daños menores en inmuebles”.
De su lado, Petróleos Mexicanos (Pemex) -que cuenta con numerosas estaciones en Veracruz- señaló que “no se reportan daños” por el sismo en ninguna de sus instalaciones.
Sin embargo, en el vecino estado de Oaxaca una mujer de 75 años falleció al intentar salir de su casa, informó el director del Instituto Estatal de Protección Civil, Felipe Reyna.
La anciana fue presa de una crisis nerviosa al sentir la sacudida, lo que le hizo caer y golpearse en la cabeza, explicó el funcionario, quien informó de otra mujer que “se fracturó un brazo” al perder el equilibrio mientras salía de un hospital con un niño en brazos.
Las autoridades de Oaxaca también reportaron caídas de bardas, plafones y una cornisa en las ciudades de Tuxtepec y Loma Bonita, cercanas al epicentro del sismo. Además, investigan una explosión reportada por trabajadores de la mina Cuzcatlán (en el centro del estado), “quienes lograron ser evacuados”, según Reyna.
Varios hoteles fueron evacuados en la ciudad de Oaxaca, capital del estado homónimo, donde actualmente se celebra el festival de culturas indígenas Guelaguetza, que convoca a miles de espectadores, constató la AFP.
- La megaurbe se despierta -
Las ondas del sismo se extendieron hasta alcanzar Ciudad de México, despertando a muchos de sus cerca de nueve millones de habitantes.
“La niña empezó a llorar, y cuando me levanté vi que estaba temblando porque el móvil de juguete (sobre su cuna) se movía solo”, dijo a la AFP Rosalinda González, una secretaria de 38 años, mientras salía en pijamas de su apartamento en una céntrica zona de la capital.
El alcalde de Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, aseguró a través de Twitter que tras el protocolo de revisión “se observan algunos desalojos, por el momento no hay daños ni lesionados”.
El lunes, numerosos capitalinos evacuaron sus oficinas y domicilios al activarse por error la alarma sísmica, lo que pudo deberse a una descarga eléctrica o a fallas en los transmisores de los aparatos que reciben las señales sísmicas.
El 7 de julio, en el fuerte sismo de magnitud 6,9 que sacudió la zona fronteriza entre México y Guatemala fallecieron cuatro mexicanos y un bebé guatemalteco. También provocó heridas a 274 personas y dejó decenas de miles de damnificados.
El territorio mexicano se encuentra dividido entre cinco placas tectónicas y sus movimientos generan uno de los mayores índices de actividad sísmica en el mundo.
Muchos de esos temblores alcanzan a sentirse en la Ciudad de México por su singular tipo de suelo, ya que una parte de la urbe se asienta sobre un subsuelo fangoso derivado de los lagos que fueron drenados en el Valle de México.
El 19 de septiembre de 1985, un terremoto de magnitud 8,1 destruyó parte de Ciudad de México con un saldo de 3.700 muertos, según las actas de defunción del registro civil, aunque organizaciones civiles contabilizaron más de 20.000 fallecidos.
AFP
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