ISRA ÁLVAREZ
- Michael Fassbender y Marion Cotillard protagonizan la última adaptación de la obra 'Macbeth', una versión en verso, pero "más cinematográfica".
- Se une a la larga lista de filmes que se han basado en las obras del bardo inglés.
Son historias que recurren a las más bajas pasiones del hombre, a sus defectos, que retratan la bestia que hay dentro de nosotros, narraciones que muestran lo más profundo del corazón humano y lo que hay en él. Imposible no identificarse.
Así son los argumentos de William Shakespeare y los realizadores de cine lo saben, por lo que cada cierto tiempo algún director se atreve a llevar a la gran pantalla una adaptación del escritor inglés. El último ha sido el cineasta Justin Kurzel, que recurrido a Michael Fassbender y Marion Cotillard para que dieran vida a Macbeth y su esposa en Macbeth.
Desde que apareciera hace casi 400 años la historia de ambición y asesinato de Macbeth ha cautivado a los creadores de cine, que ahora, con una nueva generación de grandes actores británicos, han querido retratar de nuevo. Sin embargo, el trabajo de Kurzel, aunque está rodado en verso (con "en los lugares más apropiados") ha adoptado un punto de vista "mucho más moderno y cinematográfico, según el productor, Iain Canning, para conseguir una interpretación que "no tiene nada de teatral".
La película, que se estrena en los cines españoles el 25 de diciembre, se rodó en 36 días, de los cuales 6 fueron en interiores y el resto en escenarios naturales exteriores, por lo que tanto Fassbender como Cotillard rodaron en condiciones de frío extremo, bajo la lluvia e incluso durante una de las peores tormentas de la historia de Gran Bretaña.
Macbeth cuenta la historia de un general inglés al que unas brujas revelan una profecía por la cual él llegará a ser rey. Ese vaticinio llena de ambición a Macbeth y su esposa, que le empujará a asesinar al rey, a culpar de ello a inocentes y de quitarle la vida a su propio compañero de batallas.
Shakespeare, en el cine
Son decenas, siendo prudentes, las ocasiones en las que las obras del escritor han sido llevadas al cine. A rodar Macbeth ya se atrevieron Orson Welles (1948, con Orson Welles y Jeanette Nolano) y Roman Polanski (1971, con Jon Finch y Francesca Annis), siendo ambas versiones especialmente amargas, violentas y espectrales.
La historia de La fierecilla domada es una historia que también se ha podido ver desde la butaca de un cine en varias ocasiones. Por ejemplo, cuando la interpretaron en 1967 Elizabeht Taylor y Richard Burton en La mujer indomable. Más moderna, pero basada en el clásico fue 10 razones para odiarte, una historia de rebeldía juvenil que protagonizaron Julia Stiles y Joseph Gordon-Levitt.
Sin duda la obra más conocida Shakespeare es Hamlet. Es imposible relatar todas las veces, todos los países y todos los idiomas en que se ha adaptado esta obra. Sin embargo, para muestra de la fuente de inspiración que representa pueden citarse la versión de 1990 de Franco Zeffirelli (2 nominaciones a los Oscar), para la que contó con Mel Gibson, Glenn Close y Helena Bonham Carter.
En 1996 el director Kenneth Branagh hizo su propia versión (y tuvo 4 nominaciones a los Oscar) y llenó el reparto de estrellas como él mismo en el papel de Hamlet, y Julie Christie, Kate Winslet, Robin Williams, Gérard Depardieu, Billy Crystal, Charlton Heston o Richard Attenborough. En el año 2000 Ethan Hawke se atrevió a protagonizar una versión moderna y contemporánea del clásico que se desarrollaba en Nueva York.
También se ha visto en El Rey León una versión libre de Hamlet, o al menos, de algunos de sus pasajes, por ejemplo, en la muerte de Mufasa.
La que más ilusiones amorosas despierta de entre las creaciones de Shakespeare es Romeo y Julieta, a pesar de ser una historia de amor que nadie querría para sí, y también una de las historias que más se ha adaptado a la gran pantalla, sobre todo en versiones modernizadas. Las últimas y más conocidas fueron las protagonizadas por Orlando Bloom y Condola Rashad (2014) y la que interpretaron Hailee Steinfeld, Douglas Booth (2013).
Romeo + Juliet (1996) fue la apuesta del director australiano Baz Luhrmann, que contó con Leonardo DiCaprio y Claire Danes para esta versión, ambientada en la época contemporánea y en una supuesta ciudad costera llamada Verona Beach, donde las espadas se convertían en pistolas y los Capuleto y los Montesco en dos familias de negocios.
Menos trágica y más llevadera fue el Romeo y Julieta que protagonizó Cantinflas en 1943, con una versión de los versos del inglés que ganaba en ingenio y perdía en trascendencia. No era en puridad una adaptación de Romeo y Julieta, pero en Shakespeare in Love (1998) el texto impregnaba la obra en la que el propio escritor se convertía en personaje de la mano de un Joseph Fiennes enmorado de una rebelde Gwyneth Paltrow.
También se llevaron al cine Titus (1999), que Anthony Hopkins, Jessica Lange y Alan Cumming. La directora Julie Taymor no escatimó en escenas grotescas y de una gran violencia para llevar a la pantalla esta tragedia de Shakespeare. Jeremy Irons, Al Pacino, Joseph Fiennes y Lynn Collins hicieron El mercader de Venecia (2004) casi tal como la concibió el escritor.
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