Isamael Moreno gana 5.000 bolívares al mes en la compañía privada donde trabaja como mensajero. En dólares, gana US$27 o US$793, según la tasa de cambio que se use. Pero cualquiera que sea, dice, “de un año para acá eso no me alcanza”.
Según un informe publicado el lunes por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la pobreza en Venezuela aumentó en 2013 debido, sobre todo, al impacto que la inflación más alta del mundo (64%, según cifras oficiales) tiene sobre la capacidad de compra de la gente.
El bolsillo de Moreno, como el de millones de venezolanos que ganan salario mínimo, ve cómo el dinero que guarda cada día vale menos.
“Con el aumento del transporte público, con el aumento de la comida, con el aumento de todo, a mí ya no me alcanza ni para lo básico”, dice Moreno.
“¿Tú puedes creer que un kilo de carne está costando 500 bolívares?”, se pregunta.
La canasta básica de alimentos vale entre 5.000 y 20.000 bolívares, según quien la mida. Y el salario mínimo es de 4.889.
El presidente, Nicolás Maduro, anunció la semana pasada un incremento del 15% del salario mínimo, el cuarto aumento que se hace en un año.
“Los aumentos de salario mínimo nos ha permitido cuidar el ingreso y han permitido que la economía asimile esos ingresos sin hacerle daño al empleo”, dijo el mandatario.
Sube la pobreza
El informe de la Cepal concluye que la reducción de la pobreza se ha estancado en toda América Latina: 2014 terminó con 167 millones de latinoamericanos (el 28%) viviendo en situación de pobreza, una cifra similar a la de 2013.
El país donde más crecimiento de la pobreza se registró fue Venezuela, un dato que contrasta con los resultados que dejaron los programas sociales del gobierno a principios de siglo.
La tasa de pobreza en Venezuela, un país con 30 millones de habitantes, aumentó 6,7% (del 25,4% al 32,1%) y la tasa de indigencia 2,7% (del 7,1% al 9,8%) entre 2012 y 2013, según el informe.
De todos los países estudiados por la Cepal, solamente en Venezuela se dio una caída del salario real (del -4,4%) de la gente.
¿Quiénes son?
Durante la primera década de la llamada revolución bolivariana inaugurada por el difunto Hugo Chávez, los programa sociales de vivienda, educación y alimentación, entre otros, permitieron que Venezuela redujera la pobreza de 30,5% en 2003 a 23,4% en 2006, una cifra que se mantuvo hasta 2010.
Pero con la crisis económica que enfrenta el país hace dos años, la tendencia a la reducción de la pobreza se convirtió en cosa del pasado.
“Los ingresos familiares han perdido capacidad de compra y son insuficientes para cubrir las necesidades básicas de la familia”, le dice a BBC Mundo Anabella Abadi, economista de ODH Consultores, con sede en Caracas.
Las personas que ganan salarios cercanos al mínimo, dice, son quienes pueden ser considerados como “los nuevos pobres”.
¿Por qué?
“El problema de fondo es la inflación, impulsada por un aumento de la emisión monetaria sin un aumento al menos proporcional de la oferta de bienes y servicios”, explica, en referencia a la impresión de dinero no respaldado por divisas por parte del Banco Central de Venezuela.
El gobierno asegura que la crisis que vive Venezuela hace dos años -que se ilustra en el desabastecimiento de alimentos, medicinas y productos de higiene, entre otros- es parte de una guerra económica perpetrada por sectores capitalistas.
La inflación, según el oficialismo, es inducida por los sectores privados que, dicen, controlan la venta de productos.
Por eso Maduro asegura que el aumento de salario es un mecanismo para “proteger al pueblo de la guerra económica”.
Abadi, sin embargo, dice que “el problema es que, en lugar de atacar el problema de fondo, se intenta resolver el problema con aumentos de salario, que además de ser insuficientes generan cada vez más inflación”.
¿Un problema de medición?
Las cifras usada por la Cepal, que están basadas en ingreso per cápita, fueron emitidas por el gubernamental INE (mencionado arriba) en mayo de 2014 y hablan de 2013.
Cuando se publicaron esas cifras, BBC Mundo le preguntó a Maduro en su programa de radio si el aumento de la pobreza en Venezuela mostraba que el modelo económico de la revolución había fracasado.
Maduro respondió: “Esos no son datos oficiales del INE. Los datos oficiales del INE dicen que la miseria, por primera vez, logramos romper el piso duro, muy duro que había de un 7% durante varios años y hemos logrado llevarlo a un 5,6%”.
Maduro se refería a la pobreza medida no por ingreso, sino por Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), que según ese mismo reporte del INE, en efecto, bajaron de 10% en 1999 a 5,5% en 2013.
Abadi, sin embargo, duda del NBI: “Es un indicador bastante incompleto que deja mucho por fuera”, dice.
Y concluye: “Si la pobreza aumentó al medirla por ingreso pero cayó por NBI, estamos diciendo que las personas dependen del Estado para no ser pobres”.
“No me resuelven mi problema”
En efecto, el gasto público del gobierno ha bajado durante los últimos años, según cifras oficiales.
Y el producto que financió dichos programas sociales, el petróleo, lleva seis meses bajando vertiginosamente de precio.
Maduro, no obstante, dice que los proyectos sociales “no los para nadie”.
Pero mientras se dan estas discusiones sobre metodología, cifras y medidas económicas, la mayoría de los venezolanos, como Moreno, siguen preocupados por el desabastecimiento que los lleva a hacer colas de una mañana entera para comprar arroz, aceite o leche a un precio oficial y regulado por el Estado.
Por eso Moreno decidió trabajar el doble: se volvió taxista nocturno, con lo que duplicó su salario.
“Yo decidí dejar de oír las cadenas (alocuciones) de Maduro”, dice.
“Porque mi problema de falta de real (dinero), no me lo están resolviendo”.
BBC
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