El papa Francisco dijo que entiende el “cansancio” de los sacerdotes entregados a su labor pastoral, y admitió que él mismo está cansado, en un mensaje de apoyo a los 415.000 de ellos diseminados por el mundo, con motivo del Jueves Santo.
En una misa solemne en la Basílica de San Pedro, que marca el inicio de las celebraciones de Pascua, el pontífice argentino empleó un tono personal y caluroso, lejos de los reproches que suele asestar a los sacerdotes que no cumplen adecuadamente con su trabajo.
“Con tantas emociones, el corazón del pastor se cansa. Para nosotros los sacerdotes las historias de nuestra gente no son un boletín informativo. Nuestro corazón se deshila, se deshace en mil pedazos” con esos problemas, dijo el santo padre.
“El cansancio de los sacerdotes, ¡el cansancio de todos ustedes! Pienso mucho en ello y rezo a menudo, sobre todo porque yo también estoy cansado”, añadió.
El tono de esta homilía contrasta con el último discurso a la Curia Romana, el gobierno del Vaticano, en el que Francisco fustigó a los altos dignatarios de la Iglesia por los lujos y los escándalos en que se han visto implicados algunos de ellos.
El papa criticó no obstante este jueves a los sacerdotes “que se refugian en una oficina”, salen a la calle con “gafas negras” y también a “los pastores de semblante ácido que se lamentan o, peor todavía, se aburren”.
Por la noche, Francisco irá a la cárcel romana de Rebibbia para lavarle los pies a seis hombres y seis mujeres, imitando el gesto de Jesús con sus discípulos en la Última Cena.
AFP y EFE
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