domingo, 19 de abril de 2015

Los Domingos de Díaz Rangel| Los republicanos

A la mayoría republicana, pero en especial a su sector, ala o tendencia más radical y derechista, que tiene sus aliados en los demócratas extremistas, no les gustó nadita la Cumbre de las Américas; eran mejores antes, cuando los Bush


ÚN| Eleazar Díaz Rangel.- Ahora tienen en sus manos uno de sus resultados, como es la demanda del presidente Obama de sacar a Cuba de la lista de países que promueven el terrorismo, esconden terroristas buscados y ayudan a financiar tales acciones en el mundo. Si por ellos fuera, nunca levantarían sus brazos para eliminarla. Corren los 45 días que dice la ley para que el Congreso decida. Por si no lo recuerdan, ambas cámaras las dominan los republicanos. Castigo al gobierno de Obama, que eso es un decir que Obama es el que gobierna. El centro de poder nunca ha estado en la Casa Blanca. El general Eisenhower lo dijo muy claro cuando, comenzando la década de los cincuenta, abandonaba la Presidencia: declaró que era el conglomerado financiero militar el que realmente gobernaba en EEUU. Debieron soportar el discurso de Raúl Castro, ablandado en sus párrafos finales, como si fuera un mensaje a quienes debían hablar después, del sector progresista -como se les comienza a llamar- y atenuaran los suyos, de suerte que no resultara acorralado el anfitrión. Eran 33 jefes de Estado y de Gobierno. De todas maneras Obama prefirió retirarse, como no lo hizo nunca antes un presidente. Era al menos una descortesía. Sin embargo parece que lo más insoportable para ese sector derechista de los republicanos y demócratas es que, cancelado como parecía que se entrevistara con el venezolano Maduro, corrió por la sala de la plenaria que ambos mandatarios se reunirían. Y, en efecto, Obama lo había decidido después de escuchar a sus asesores. Parece que en otra de las equivocaciones de esa administración respecto a Venezuela, alguien creyó que Elías Jaua era el canciller y le dijeron que el presidente Obama recibiría a Maduro. Seguidamente asumió el caso la canciller Delcy Rodríguez, y localizaron el sitio y se dio la reunión. Fue breve, concreta y de mutuo respeto. ¿Qué pudieron decirse que no lo hubiesen hecho antes en términos duros? Para eso está la diplomacia. Maduro debió reiterar el rol que juega la embajada contra su gobierno, virtualmente, un centro de conspiración. ¿Hubo acuerdos? Se supone, por ejemplo, que buscan llenar el vacío de la falta de embajadores o de altos funcionarios para el contacto. ¿A quien podría escoger Obama? ¿A Ben Rhodes, a Roberta Jacobson o al emisario Thomas Shannon, a pesar de haber regresado con las manos vacías? No es que las diferencias quedaran resueltas ni que Obama prometiera revocar el decreto ejecutivo del 9 de marzo, conocido mundialmente, pero muy a pesar de la extrema derecha partidista con evidente influencia en el Congreso, hubo pasos de acercamiento que mejorarán las relaciones. Relaciones que seguirán siendo tensas, sensibles a las presiones extremas y a las provocaciones de la ultraderecha.


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