EFE
- "El demonio de esta nueva historia representa todo el sufrimiento en el mundo", ha advertido el director de la película Leigh Whannell.
- Whannell fue el responsable de los guiones de las dos películas anteriores de la saga y en esta entrega ha tomado las riendas como director.
- "Si hay críticas malas, sé que me afectarán. Como director te expones mucho, es más duro y personal. Me tomo los ataques como algo personal", ha confesado.
- La tercera entrega, de estreno en EE UU el próximo viernes, se desarrolla años antes de los sucesos de las dos primeras.
El australiano Leigh Whannell, hasta ahora responsable de los guiones de Insidious (2011) e Insidious: Capítulo 2 (2013), toma las riendas de la exitosa franquicia de terror como director de la tercera parte, la "más oscura" de la saga, según dijo.
"Como creador de este mundo, siento que hay algo realmente opresivo en esta película que la convierte en la más oscura", indicó el cineasta, de 38 años, que, en esta ocasión, decide viajar al pasado y centrar la historia en los primeros contactos de la médium Elise Rainier (Lin Shaye) con espíritus demoniacos.
"El demonio de esta nueva historia", que deja su rastro a través de huellas sangrientas y luce una decrépita mascarilla respiratoria, "representa todo el sufrimiento en el mundo", explicó Whannell.
"Es un personaje enfermizo; no quiere poseer los cuerpos, sino arrastrarlos y guardarlos como mascotas o esclavos", añadió.
Cine de terror de bajo presupuesto
Insidious es uno de los mejores ejemplos de la magnífica salud que goza el cine de terror de bajo presupuesto.
La primera parte recaudó casi 100 millones de dólares a partir de un presupuesto de 1,5 millones, y su secuela ingresó 160 millones con un presupuesto de 5 millones.
La tercera entrega, de estreno en EE UU el próximo viernes, se desarrolla años antes de los sucesos de las dos primeras, donde la familia Lambert era acosada por parte de unos demonios que pretendían poseer a su hijo pequeño.
Ahora es una joven aspirante a actriz (Stefanie Scott) la que, al tratar de contactar con su madre fallecida, se ve amenazada por un ser maligno y provoca que la médium, a pesar de su reticencia inicial, decida jugarse la vida por protegerla.
"Para mí es un sueño hecho realidad", apuntó Whannell sobre su debut tras las cámaras. "Es surrealista. Nunca imaginé que podría ganarme la vida con mi hobby. De pequeño volvía del colegio y escribía historias y guiones. Para mí no eran deberes. Y ahora me pagan por hacer lo que amo", confesó el realizador. "Eso es un regalo", y agregó: "Y no quiero perderlo de vista".
Whannell, además de director, es guionista y productor de la cinta, donde se reserva también un papel secundario.
"Fue una tarea abrumadora", reconoció Whannell, aunque su familiaridad con ese universo sirvió como "red de seguridad".
"Lo fundamental es que, como creador, tenía confianza en mis decisiones. He escrito la Biblia de Insidious y me puedo permitir cambiar algunos pasajes", declaró.
Sin James Wan
Lo que no tiene tan claro es qué pasaría si le ocurre en el futuro como a su socio James Wan, que pasó de dirigir las dos primeras películas de Insidious a encargarse de otro "monstruo" de Hollywood, ésta vez de un gran estudio, como Furious 7.
"No sé si podría", afirmó, al subrayar que disfruta "creando mundos y escribiendo las reglas".
"Así tienes el control. La mente de James siempre fue la de un director. Es donde está cómodo. Para mí lo importante es la creación", manifestó el de Melbourne, quien cree firmemente que "la figura más decisiva en el proceso de una película es la del guionista".
Wan, tras su experiencia en Furious 7, regresará al terror con The Conjuring 2: The Enfield Poltergeist, que verá la luz en junio de 2016.
"Fue una experiencia traumática por la muerte de Paul Walker", aseveró.
"Todos vivieron un infierno y el rodaje en sí fue una tarea ardua. Cuando terminó, sintió que necesitaba volver a la calidez y la seguridad de una pequeña producción. Para él", explicó, "es como volver a casa, a esa manta caliente, a ese vaso de leche con galletas. Es lo que más le motiva ahora mismo".
Wan y Whannell, amigos desde que compartieran clases en la Universidad de Tecnología y Diseño de Melbourne (Australia), debutaron por todo lo alto con Saw (2004), lo que dio comienzo a una de las franquicias de terror más lucrativas de la historia.
Después llegaron Dead Silence (2007) y la saga Insidious, a cuya tercera parte se enfrenta sin compartir responsabilidades con Wan.
"Si hay críticas malas, sé que me afectarán. Como director te expones mucho, es más duro y personal. Me tomo los ataques como algo personal y siento que me abren las tripas, pero aprenderé a sobrellevarlo", declaró.
No obstante, Wan tiene una pequeña intervención en el filme como actor, dando vida al director de un casting. "Pensé que sería divertido para los fans. Es mi venganza por la cantidad de veces que él me ha dirigido", sostuvo Whannell entre risas.
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