EFE
- El cómico y presentador de la gala tuvo ocasión de burlarse de Donald Trump, de Ben Affleck e incluso de la propia NBC, la cadena que retransmitía la gala.
- Leonardo DiCaprio hizo un discurso en defensa de las comunidades indígenas, de quienes dijo que protegieron sus tierras "de los intereses de las corporaciones".
El esperado regreso del cómico Ricky Gervais, con su humor siempre alejado de cualquier corrección, y la reivindicación de los pueblos indígenas de Leonardo DiCaprio fueron dos de los momentos más destacados de la 73 edición de los Globos de Oro celebrados esta noche en Los Ángeles.
Había mucha expectación por ver cómo volvería el comediante británico a presentar los Globos de Oro, tras ser el maestro de ceremonias de 2010 a 2012, y Gervais respondió con chistes siempre al límite, como los que hizo sobre Roman Polanski y los abusos infantiles en relación con la película nominada Spotlight -que trata de abusos sexuales en el seno de la iglesia católica- o acerca de los cargos de agresión sexual contra Bill Cosby.
Siempre con un vaso de cerveza en la mano y con la sonrisa de quien disfruta de la tensión y la presión, Gervais se refirió al actor Matt Damon como la única persona a la que Ben Affleck no había sido infiel y dijo que la cadena NBC era la perfecta para la retransmisión de la gala porque no tenía ninguna nominación por sus series.
Además, el humorista se hizo eco de la polémica por las declaraciones contra los inmigrantes latinos de Donald Trump, de quien dijo ácidamente que desea expulsar del país a actrices como Eva Longoria o America Ferrara, y se reencontró sobre el escenario con Mel Gibson, quien en anteriores galas fue blanco de sus bromas.
Ganador del premio a mejor actor por The Revenant (El renacido), Leonardo DiCaprio también sobresalió en la gala por su discurso en defensa de las comunidades indígenas, de quienes dijo que protegieron sus tierras "de los intereses de las corporaciones y de la gente que quiso explotarlas", por lo que instó a proteger su voz para las futuras generaciones.
Una de las mayores ovaciones en el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles fue para Sylvester Stallone, que ganó el premio a mejor actor secundario por Creed y que recibió una atronadora tanda de aplausos mientras subía al escenario al ritmo de la banda sonora de Rocky.
El homenaje a Stallone sólo fue eclipsado por el reconocimiento a Denzel Washington, que recibió el premio Cecil B. DeMille como homenaje a su trayectoria cinematográfica. El actor de Training Day o Glory dedicó el premio a sus agentes y a sus familiares, aunque tuvo que interrumpir entre risas la lectura de su discurso porque había olvidado las gafas y no veía lo que había escrito.
Otro de los instantes más divertidos de la gala fue cuando el actor Jamie Foxx, que presentaba el premio a la mejor banda sonora de película, simuló haberse equivocado al leer el ganador, tal y como sucedió en la última edición del concurso de belleza Miss Universo.
También sobresalió el intérprete Jim Carrey, quien en su presentación subrayó en repetidas veces, y de manera irónica, que había ganado en dos ocasiones el Globo de Oro -en 1999 y 2000-, o la actriz Taraji P. Henson, que subió a recoger su premio de mejor actriz dramática por la serie Empire con una galleta en homenaje a su personaje, "Cookie" (Galleta, en inglés).
El director Alejandro González Iñárritu, con The Revenant, y los actores Gael García Bernal y Óscar Isaac, con sus galardones por Mozart in the Jungle y Show Me a Hero, pusieron el sabor latino sobre el escenario.
Además, y fruto de la emoción, Gael García Bernal se permitió el lujo de soltar algún que otro exabrupto en español sobre el escenario.
El triunfo de la cantante Lady Gaga como intérprete en la miniserie American Horror Story: Hotel fue otra de las anécdotas de unos Globos de Oro que tuvieron un tono mucho más festivo que en ediciones anteriores.
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