PAULA ARENAS / VÍDEO: Metro-Goldwyn-Mayer
- "Echaba en falta el encanto con el que íbamos al cine", dice Nacho Cerdá, creador de Phenomena.
- Para recuperarlo hay películas que no fallan, como 'Tiburón', 'Carrie', 'La Cosa' o 'Ben-Hur'.
- "La necesidad de contacto físico es mayor que nunca".
"Admito que durante la última década me fui desencantando del cine como espectador", escribe en su reciente libro El cine según Phenomena (Planeta) Nacho Cerdá. "Creí que la edad empezaba a pasarme factura e incluso me oía despotricar: Ya no hacen cine como el de antes... Aquello que echaba en falta era otra cosa: el encanto con que veíamos las películas".
Se refiere Nacho a lo que suponía ir al cine, no ese ver una película que hoy es casi el sinónimo de ponerla en casa en una pantalla gigante cuyo precio seguramente nos habría permitido ir al cine durante un año entero, o incluso más. Era un espectáculo, un acontecimiento, un acto casi sagrado, y algunos, como Cerdá intentan recuperarlo: "Ni la piratería era el Anticristo, ni las nuevas tecnologías habían herido de muerte al cine. Todo lo contrario; en un mundo tecnificado e hiperconectado la necesidad de contacto físico era mayor que nunca... El cine debía recuperar su carácter de evento exclusivo".
Así y por ello nació, gracias a Nacho Cerdá, Phenomena en 2010 con una cita mensual itinerante en la que se proyectaban grandes clásicos. Y con un éxito que respalda su sensación inicial de que era posible recuperar la esencia de lo que un día fue ir al cine. Tanto que en 2014 inauguraron en Barcelona su propio cine.
Tanto para él como para Jordi Batlle Caminal, autores de la obra que selecciona 40 películas clave del cine (fundamentalmente de los setenta y ochenta, para ellos la época dorada), hay un mínimo que no podría salir de la lista. Desde Una noche en la ópera hasta Pulp Fiction sin olvidar La Cosa o Superman. Éstas son las diez películas con las que se han quedado.
1. Una noche en la ópera (1935, Sam Wood). "Los hermanos Marx son impermeables al tiempo", señala Jordi Batllé, que la recomienda para un público infantil. Con Una noche en la ópera el éxito fue inmediato, no como había sucedido por ejemplo con la considerada su obra maestra Sopa de ganso, tres años antes. De hecho, la elegida por Cerdá se ha terminado convirtiendo en la más popular de los Marx, la más vista, con la escena seguramente más célebre de sus películas: la del camarote.
2. Ben-Hur (1959, William Wyler). "Es el ejemplo de cine como gran espectáculo que ya se fue", señala Batlle, "después fue a menos". Destaca además de esta cinta protagonizada por Charlton Heston, Jack Hawkins y Stephen Boyd lo inagotable que es y eso que no cuenta con efectos especiales: "Es cine físico puro y duro". Tal es el alcance que hasta George Lucas le rindió tributo en Star Wars Episodio I: La amenaza fantasma (1999): "En la carrera en la que participa el pequeño Anakin Skywalker", recuerda Batllé en El cine según Phenomena.
3. Tiburón (1975, Steven Spielberg). Coinciden Cerdá y Batlle: es la película esencial. En esta cinta, interpretada por Robert Shaw, Roy Scheider y Richard Deyfuss, está el Steven Spielberg probablemente más puro como narrador.
4. Carrie (1976, Brian de Palma). El filme que le dio la fama definitiva a De Palma, que llevaba haciendo cine desde la década anterior, fue éste, protagonizado por una espectacularmente escalofriante Sissy Spacek, la niña modélica a la que no dejan de acosar y que tiene un poder que todos ignoran.
5. Cabeza borradora (1977, D. Lynch). Es la cinta que más se 'sale' de esta selección, ya que es un cine completamente diferente. Fue fundamental, porque muchos vieron que otro cine era posible.
6. La guerra de las galaxias (1977, George Lucas). Cambió el panorama para siempre. Hasta este filme el cine de ciencia-ficción no salía de una pobre serie B. La música de John Williams fue clave.
7. Superman (1978, Richard Donner). Aquí reside el germen de las películas de superhéroe que tanto juego y éxito siguen dando y que hasta esta cinta no habían gozado de muy buena fortuna.
8. En busca del arca perdida (1981, Steven Spielberg). El protagonista, encarnado por un formidable Harrison Ford, es uno de los grandes aciertos: valiente pero con fobias y con doble identidad.
9. La cosa (1982, J. Carpenter). Fue más fiel Carpenter que Nyby (llevó la historia al cine en 1951) con el texto original de Campbell El enigma... de otro mundo. Fue su primera película fuera de la serie B.
10. Pulp Fiction (1994, Quentin Tarantino). "A principios de los noventa el cine independiente se escontró con dos obras fundamentales de la posmodernidad: Reservoir Dogs (1992) y Pulp Fiction (1994)", ambas de Tarantino.
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