DANIEL G. APARICIO
- Este 29 de enero se estrena 'Spotlight', película que cuenta la investigación del 'Boston Globe' sobre los abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia Católica.
- En octubre, 'La verdad' abordaba la investigación que se llevó a cabo la CBS sobre las irregularidades en el servicio militar de George W. Bush.
- 'Todos los hombres del presidente', 'El dilema' y 'Buenas noches y buena suerte' son algunas de las películas periodísticas más recordadas.
Al igual que sucede con las tramas policíacas y de detectives, las historias periodísticas son un filón para los guiones cinematográficos. No obstante, todas estas temáticas tiene un buen número de características en común: sucesos interesantes repletos de incógnitas, un arduo trabajo de investigación y el toque cercano que aporta el ejercicio de la profesión (camaradería, relaciones personales entre compañeros, inquietudes laborales, disquisiciones sobre la ética y la responsabilidad social...).
Los periodistas y sus métodos han dejado grandes historias para el recuerdo y, en consecuencia, mucho material para la industria del cine. Esta misma semana llega a los cines un ejemplo más que destacable, Spotlight, considerada ya una de las mejores películas del último año.
La cinta, protagonizada entre otros por Michael Keaton, Mark Ruffalo y Rachel McAdams, narra la historia real de la investigación ganadora del Premio Pulitzer llevada a cabo por el Boston Globe que sacó a la luz los casos de abusos sexuales a menores llevados a cabo dentro de la Iglesia Católica. Los periodistas descubren el encubrimiento llevado a cabo durante décadas por parte de las altas esferas de organizaciones religiosas, legales y gubernamentales de Boston, lo que desata una ola de revelaciones alrededor del mundo.
El largometraje, que ha recibido innumerables alabanzas de la crítica, opta a seis Oscar, incluido el de mejor dirección para Tom McCarthy y el de mejor película, galardón para el que se postula como una seria candidata y con el que podría romper la aparente maldición de las películas sobre periodismo en los premios de la Academia.
Spotlight no es el único ejemplo reciente de película sobre periodismo. A finales del pasado octubre vio la luz La verdad, adaptación de la biografía de la productora de la CBS Mary Mapes donde se relata la meticulosa investigación que se llevó a cabo sobre las irregularidades en el servicio militar de George W. Bush y cómo una serie de interesadas acusaciones —Bush tenía todas las papeletas para ser reelegido— echaron por tierra la credibilidad del reportaje.
La historia se narra desde el punto de vista de la propia Mary Mapes y de su socio, el presentador Dan Rather, quienes luchan por defender la verdad y su propia reputación frente a los intereses económicos y políticos que hay detrás de los medios de comunicación. Los encargados de darles vida en el filme son Cate Blanchett y Robert Redford, quien precisamente protagonizó, hace justo cuarenta años, la que es quizá la película sobre periodismo más recordada, Todos los hombres del presidente.
En 1976, la citada Todos los hombres del presidente llevaba con acierto al cine la historia del escándalo político conocido como caso Watergate, una trama de corrupción que llevó al presidente republicano Richard Nixon a dimitir tras demostrarse su implicación. Dustin Hoffman y Robert Redford encarnaron aquí a los periodistas del Washington Post que destaparon el caso y que posteriormente escribieron el libro en el que se basa esta película. La cinta obtuvo cuatro de los ocho Oscar a los que estuvo nominada, incluyendo el de mejor guion.
Hace mucho menos tiempo, en 2008, la figura de Richard Nixon le dio a Ron Howard la oportunidad de mostrar otro punto de vista mediático del caso. En El desafío: Frost contra Nixon, el director narra la intrahistoria de uno de los fenómenos televisivos de los años 70, las entrevistas que el periodista David Frost realizó al ex presidente Richard Nixon poco después del Watergate. Adaptada de la obra teatral de Peter Morgan por su propio autor, la película sigue las horas previas al cara a cara, el trabajo minucioso de los asesores, las expectativas de cada uno de ellos y los inesperados resultados de la batalla.
En Buenas noches y buena suerte (2005), George Clooney logró una excelente unión de cine, historia, periodismo y política. La cinta narra el enfrentamiento real en defensa del periodismo independiente que, en 1953, mantuvieron el periodista y presentador de la CBS Edward R. Murrow y su productor Fred Friendly contra el senador anticomunista Joseph McCarthy. Este hecho, que determinó el final de la "caza de brujas", sirve en el filme como instrumento para criticar la falta de libertad de expresión de algunos medios de comunicación por culpa de la presión que ejercen sobre ellos las grandes corporaciones y fuerzas políticas.
Los sucesos tienen fuerza
Al margen de los conflictos políticos, los sucesos son, quizá, el área periodística más susceptible de convertirse en película. Uno de los mejores ejemplos recientes tuvo lugar, por partida doble, en 2006, cuando los largometrajes Historia de un crimen y Truman Capote —claro ejemplo de twin films o películas gemelas—, relataron la investigación sobre el asesinato de una familia en una granja de Kansas llevada a cabo por el escritor y periodista Truman Capote como parte del proceso de creación de su novela A sangre fría.
En Zodiac (2007), thriller sobre el famoso "Asesino del Zodiaco", un asesino en serie que, entre 1966 y 1978, mató a numerosas personas en San Francisco, se mezclan la investigación policial con la periodística de dos profesionales que trataron de averiguar su identidad.
También hay quien se atreve con asuntos menos manidos. Ese es el caso de El dilema (1999), donde Al Pacino y Russell Crowe llevaron a la gran pantalla, poniendo el foco en la ética periodística, un sonado caso contra las tabacaleras por la inclusión de sustancias adictivas en los cigarrillos.
Por otro lado, el reporterismo también ha dejado un buen número de producciones para la historia del cine. Entre ellas se encuentra El año que vivimos peligrosamente (1982), sobre la insurrección comunista en Yakarta en 1965, y Los gritos del silencio (1984), película basada en el reportaje de un corresponsal The New York Times que detalla la turbulenta situación de Camboya en 1975.
Sin embargo, no hacen falta hechos reales para construir buenas historias periodísticas. Las redacciones atestadas, los periodistas incisivos y los pormenores del trabajo periodístico han dado pie a la construcción de multitud de guiones originales. Ciudadano Kane (1941), por ejemplo, considerada una de las mejores película de la historia, aunque inspirada en la figura del magnate de la prensa William Randolph Hearst, es una historia salida del talento de Orson Welles. La historia gira en torno a la investigación periodística generada en torno a la misteriosa última palabra pronunciada por Charles Foster Kane antes de morir, "Rosebud".
Una de las películas mejor valoradas de los últimos doce meses, Nightcrawler (2014) —de la que muchos dicen que fue ninguneada en los Oscar 2015, donde solo obtuvo una nominación a mejor guion original—, también aborda el mundo del periodismo desde la ficción. La película cuenta la historia de Lou Bloom, un ambicioso joven interpretado por Jake Gyllenghaal que descubre su verdadera vocación en el universo de los reporteros gráficos de sucesos.
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