Gobierno y privados se han sentado a discutir salidas a los problemas de escasez e inflación que afectan a la población
Gabriela Iribarren.- A lo largo del último año, los índices de inflación y de escasez han aumentado de manera acelerada en nuestro país. Así, el venezolano se ve obligado a hacer largas colas para entrar y para pagar en establecimientos, en los que usualmente hay un promedio de tres artículos de la cesta básica como máximo que debe llevar racionados y muchas veces con sobreprecio. El Gobierno y la industria procesadora de alimentos tienen posiciones bien claras acerca de las causas del problema y hasta coinciden en muchas de ellas. Cada uno tiene propuestas para superarlas. Los actores se han reunido varias veces -en los últimos dos meses- para buscar puntos de encuentro a través de la Comisión de la Verdad Económica. El Gobierno asegura que una de las causas del problema es la especulación y el contrabando de extracción; admite que hay rezago en los precios de los productos regulados y dejó en manos de la Superintendencia de Precios Justos la solución a ese problema; acepta que hay retrasos en las liquidaciones de las divisas; el ministro de Alimentación, Félix Osorio, señaló la semana pasada que la deuda asciende a $700 millones. En esa oportunidad, Osorio resaltó las bondades de la Misión Alimentación, que beneficia a 64% de los venezolanos, pero “en estos momentos, como consecuencia de la guerra económica, beneficia a 84% de la población”.La Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos destaca que hay tres causas principales del problema. La primera, el retraso en la liquidación de las divisas; su presidente, Pablo Baraybar, afirmó la semana pasada que la deuda actual alcanza los 2.700 millones de dólares. En segundo lugar, atribuye gran parte del problema a los precios congelados o con ajustes insuficientes y asegura que hay productos con tres años sin readecuación del precio. Por último, alega que el ausentismo laboral -que alcanza hasta 21%- incide en la productividad de las empresas; “la falta de sanción para quienes no hacen su trabajo está impactando severamente la productividad”. Precisó que las operaciones morrocoy y boicots generan pérdidas mensuales de hasta 10% en la producción de la agroindustria.
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